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La nueva ordenanza de circulación blinda calles del Casco Histórico

También incorpora la figura de las zonas y prima al peatón sobre la bici.

el 07 feb 2014 / 15:26 h.

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centroLa primera medida que acometió el PP nada más llegar a la Alcaldía en 2011 fue la derogación del Plan Centro. Desde esa fecha, hace casi tres años, se le ha reclamado al Gobierno de JuanIgnacio Zoido un modelo alternativo de movilidad para Sevilla. Lo presentado ayer no es un plan al uso, pero al menos los gestores municipales sí han plasmado su idea de cómo quieren que se regule el tráfico de la capital a través de una nueva ordenanza de circulación que, de cumplirse los plazos previstos, entrará en vigor antes de mayo. En ella, prima al peatón frente a la bicicleta, reduce la velocidad máxima en las vías ciclistas de 20 a 15 kilómetros por hora y remarca que no piensa volver al Plan Centro. De hecho, esboza un modelo de restricción del tráfico regulado por zonas o categorías que no se acotan por calles para ser «mucho más flexibles», según explicó el delegado de Seguridad y Movilidad, Juan Bueno, que recalcó que la ordenanza contó con un alto grado de consenso.

No hay, en teoría, un blindaje al Casco Histórico, aunque sí para una buena parte, aunque no se concretó en el callejero.La ordenanza recoge para ello la figura de Zonas de Especial Restricción, donde el tráfico rodado sólo estará permitido al transporte público y vehículos eléctricos. Una acotación que responde, según explicó Bueno, a razones de seguridad, sostenibilidad y protección del patrimonio histórico y que se va a aplicar «a algunas zonas, pero no a todo el Casco Histórico». Hasta expuso como opciones las de las calles Almirante Apodaca y Águilas.

Ésta es una de las cuatro categorías. El Área de Movilidad tiene en mente implantar la Zona 30, donde se limita la velocidad a 30 kilómetros por hora y que se ejecutaría, en especial, en áreas residenciales y polígonos industriales y previa consulta a los delegados de cada uno de los once distritos sevillanos.También figura en el proyecto de ordenanza, cuyo borrador consta de casi 100 páginas, la Zona 20, que se aplicará en calles de interés turístico, comercial y en las que se dará prioridad a los peatones y los ciclistas. Y, por últimos, las zonas peatonales.

La filosofía la trasladó sin ambages:«No estamos para bloquear zonas de la ciudad. La prioridad será el peatón, aunque sin amargar la vida al resto». En esa idea de dar a cada uno su espacio, la bicicleta ve algo alterado su protagonismo.Para empezar, se reducirá su velocidad máxima a 15 kilómetros por hora, limitación que, según Bueno, regulará la Policía Local, aunque a priori sea difícil de llevar a la práctica. La ordenanza, además, toma partido en el conflicto generado, en determinados puntos de la ciudad –sobre todo las vías peatonales–, entre ciclistas y viandantes. Su decisión no es salomónica, sino que se inclina a favor del peatón. Lo hará con una nueva calificación. «ElAyuntamiento podrá declarar zonas de convivencia entre los peatones y ciclistas, a pesar de la existencia de carriles bici en las que habrá de respetarse en todo caso la prioridad del peatón, manteniendo una velocidad moderada de los 10 kilómetros por horas», reza el documento.

Pero no queda ahí la cosa. En las vías en las que no el carril bici ocupe la práctica totalidad de la acera, también se primará al peatón sobre el ciclista, que en muchos supuesto de la norma «tendrá que adaptarse» a las circunstancias. En ese sentido, se contempla el caso de aglomeraciones, en las que se invita que el ciclista deberá apearse de su bicicleta. Bueno recalcó que estas medidas buscan una «armonía» entre colectivos. Así, calificó de «afortunada» la proliferación de carriles bici, aunque faltaba lograr tal convivencia que esperan que se consiga en una ordenanza de circulación que, a diferencia de las anteriores, engloba todo lo que compete el tráfico de la ciudad (incluida la zona azul), salvo la normativa que regula el servicio de taxis –en tramitación– y el de los coches de caballos.

También en el capítulo ciclista, incorporó la puesta en marcha de un registro de bicicletas que, en todo caso, será de carácter voluntario. Con este registro tiene como finalidad, según la ordenanza, «evitar los robos o extravíos de las mismas y facilitar su localización».

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