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La plaza que no duerme

Cuando el reloj marca las 16.00 horas, las calles de Nervión lucen vacías. Sólo un lugar, su centro comercial, mantiene una vida holgada en la que reina la calma

el 03 ago 2010 / 19:26 h.

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Parece como si a Sevilla se le acabara la vida: algunos lugares expiran mientras el asfalto rezuma calor y los termómetros no alcanzan a marcar la realidad. Las calles escuchan la solitaria voz de uno que no desiste ni en la siesta de agosto en su intento de recopilar chatarra; de otro que con la sintonía de un silbato se empeña en afilar más chatarra. Nervión parece ser, de entre todos, el distrito que más agoniza. Pero la luz al final del túnel se avista en su centro, concretamente en su centro comercial, el que de la manera más explícita lleva por nombre Nervión Plaza.

 

La plaza, por fuera, se cubre de sombra, y sólo así ya consuela. Y las puertas que en otro momento empujan al consumo ahora invitan al alivio que producen los 22 grados que hay dentro. Hay quien procura no faltar a la cita concertada con el lugar: sería imperdonable dar plantón al aire acondicionado que tanto bienestar ofrece en verano.

Así, resulta curioso observar que mientras las tiendas lucen casi vacías, los interiores del centro albergan a uno que lee, a otras que pasean con las manos vacías de bolsas, a unos cuantos que casi duermen en los veladores de algunos bares que permanecen abiertos. El silencio reina en el centro comercial durante la hora de la siesta, la que aquí en Sevilla se prolonga hasta bien entradas las 20.00 horas. Entonces, la decena de sevillanos que allí dormitaban comienzan con ellas a despertar. Y llegan otros cuantos.

El lugar les ofrece, dicen, múltiples opciones. Una de ellas lanzarse, ahora sí, al consumo; las tiendas permanecen abiertas los días de diario hasta las 22.00 horas, y es desde las 20.00 hasta el cierre cuando los dependientes aseguran tener trabajo: "Más incluso que otros años. Lo que no gastan en sus vacaciones, casi lo gastan aquí." Además, los exteriores del centro comercial se convierten algunas noches en un improvisado skate park en el que varios adolescentes hacen piruetas sobre su tabla a cuatro ruedas. Ya ni los guardas del centro se preocupan por echarlos. Los turistas, sin embargo, apenas lo pisan, y cuando lo hacen es para acompañar en la práctica al fanático nostálgico que pasa cada día junto a Nervión Plaza no para acceder a éste, sino para suplicar a las horas que pasen pronto y encontrarse allí de nuevo haciendo cola para ver a su equipo.

Pasar las tardes de verano en un centro comercial se ha convertido para muchos en el único modo de tener unas vacaciones urbanas. El atractivo de este tipo de turismo es, cuanto menos, discutible, pero aseguran los que allí trabajan que la actividad no decae, sino más bien aumenta: "A la hora de la siesta hay poca gente, pero suelen ser fieles. Y a partir de las 20.00 horas, el centro se llena", explica una de las trabajadoras de Nervión Plaza.

Sobre todo se llena por el reclamo del cine. Y ahí el centro comercial no tiene nada que envidiar a los que se sitúan a pie de playa. Hasta las sesiones matinales "suelen llenarse". Y si se llenaran las veinte salas que Cinesur tiene en la terraza de Nervión Plaza, el centro comercial acogería hasta a 4.500 personas que, además, antes o después podrían cenar o tomar unas cervezas en algunos de los bares que allí se encuentran. Quizás, el plan vacacional no sea como para llevarlo a cabo todos los días, aunque haya quien ya lo tenga casi por costumbre, pero al menos ofrece una alternativa, cuanto menos, curiosa a la vista durante la hora de la siesta.

 

De utilidad

Qué: Centro Comercial Nervión Plaza, para algunos una alternativa de vacaciones durante los calurosos días de verano en Sevilla.

Qué ofrece: A unos pocos, aire acondicionado. A otros tantos, diferentes opciones de ocio: tiendas, bares y cine, (este último, su plato fuerte en verano). Cinesur ofrece sesiones matutinas, vespertinas y nocturnas. El centro comercial cuenta además con 1.500 plazas de parking internas, para que la común excusa ‘no voy porque no hay aparcamiento' no tenga cabida.

Dónde: En la avenida Luis de Morales, centro del distrito de Nervión.

Por qué: Porque resulta curioso ver, durante las primeras horas de la tarde, que hay quien prefiere hacer la siesta en el centro comercial. Y porque mientras cae el bochorno puede realizar allí diferentes actividades de ocio.

 

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