Algunos de los productores que estuvieron ayer presentes en el encuentro para dar a conocer la ruta. Foto: A. P.
Si las viñas de la Campiña, el Bajo Guadalquivir, la Sierra Norte y el Aljarafe se unieran, la provincia contaría con un producto único: una ruta de vinos y licores que abriría las puertas al cada vez más cotizado turismo enológico. Con la intención de que más que una suposición sea una realidad, ayer productores de la gran variedad de caldos sevillanos se reunieron en el Centro de Interpretación del Mosto de Umbrete para poner sobre la mesa los beneficios que traería la creación de la Ruta de los Vinos y Licores de la provincia de Sevilla, que se espera poner en marcha en septiembre. Esta propuesta de la Diputación y la Junta de Andalucía, que se ampara en el programa Paisajes con Sabor, pretende reforzar la competitividad de la producción vinícola a la vez que se potencia su reclamo turístico. Un camino que pasa por la «colaboración entre las administraciones públicas y las entidades privadas», destacó ayer la directora general de Calidad, Innovación y Fomento del Turismo, Manuela González.
Aunque Andalucía esté por debajo de la media española a nivel enológico, el presidente de la Asociación de Vino y Licores de la Provincia, Julián Navarro, ve esta circunstancia como una oportunidad para el «crecimiento» del sector y «garantizar el futuro de los vinos de la provincia». Para conseguirlo, los productores, como Jesús González, de Bodegas González Palacios, lo tienen claro: «Hay que vender identidad». Por eso, Navarro apostó ayer por amparar a las «botellas perdidas» a través de la cercanía con el visitante, el conocimiento durante la elaboración y el trato directo con los productores.
La Ruta de los Vinos y Licores de la provincia no solo pretende revalorizar los caldos sevillanos, sino que es la vértebra de una oferta turística en la que la gastronomía y la enología cobran especial protagonismo. En este sentido, Navarro, insistió en la necesidad de «conocer el entorno del producto». Y es que esta ruta no quiere dejar escapar la oportunidad de mostrarle al turismo sus monumentos históricos, sus entornos naturales a caballo o en globo o sus platos más típicos. De ahí que la Diputación apueste por incorporar a esta ruta una oferta complementaria, como alojamientos, y restauración entre otros, para ofrecer un producto completo al visitante en colaboración con los comercializadores turísticos.
Porque como apuntó ayer uno de los responsables de Bodegas Saldo, Rafael Salado, «el turista cuando viene lo que quiere es comer y beber». Los datos lo demuestran: de los 900 euros que se gastan los turistas internacionales, el 50 por ciento va destinado a la gastronomía y el vino. No obstante, los productores no quieren fijarse solo en el turismo internacional. De hecho, el responsable de la destilería Los Hermanos, José Antonio Rodríguez, apostó por fomentar el turismo «de dentro»: el de las localidades y provincias vecinas. Un público que bien podría asegurar el futuro, ya que nueve de cada diez españoles no andaluces «muestran un alto grado de satisfacción con los productos de la provincia sevillana», apuntó Navarro. La confianza en el valor vinícola de la provincia es máxima. Así lo recalcó el diputado de Empleo e Innovación de la Diputación, Manuel Lora, quien señaló que están «convencidos de que un itinerario basado en el producto gastronómico de los vinos y licores de nuestra tierra es una baza segura por la que apostamos dentro de la oferta turística».
Por ello, Prodetur ya ha editado varios folletos sobre enoturismo, así como la Guía de Vinos y Licores de la Provincia.
