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La velocidad de Mariano

Desde muy pequeño, a Mariano le gustaron las mujeres, pero nunca se decidió a abordarlas. Pensaba que era mejor dejar que el tiempo se decidiera a dejar caer la fruta madura en sus manos. Así pasó sus años de estudiante, y después sus años de carrera, y después sus años de profesional.

el 15 sep 2009 / 04:18 h.

Desde muy pequeño, a Mariano le gustaron las mujeres, pero nunca se decidió a abordarlas. Pensaba que era mejor dejar que el tiempo se decidiera a dejar caer la fruta madura en sus manos. Así pasó sus años de estudiante, y después sus años de carrera, y después sus años de profesional. Pero a Mariano no le llegaba la novia. Mariano no era gordo, era delgado, pero aún lo parecía más de ponerse tanto de perfil ante la vida, de manera que cuando llegaba una mujer casadera le pasaba bien por delante bien por detrás, mientras él asistía impávido a sus clases o a su despacho. A Mariano también le gustaban los coches, pero tardaba tanto en decidirse por un modelo que cuando acudía a un concesionario a por uno concreto ya habían dejado de fabricarlo. Por eso eligió las bicicletas, porque no pasan de moda, aunque no vayan tan rápidas.

Mariano, en las carreras, siempre ganó por la impericia de los demás: dejaba que pasara el tiempo, que cada cual agotara sus fuerzas, y nunca dio un golpe de fuerza sobre sus rivales. Cuando ganó la gran carrera, su principal contrincante se había hecho bancario, el otro se fue al cortijo, el otro a Europa? Y sólo quedó él. Ahora, Mariano sabe que la primera carrera ya está ganada. Ya nadie se plantea que puede cuestionarlo en junio, y aplaza la carrera hasta 2012. Y es que Mariano tiene la gran habilidad del tancredismo. Nadie le quería pero nadie le cuestionó. Ahora nadie le quiere, pero nadie le cuestiona. Ya se han ido Acebes, Zaplana, Rato, Aguirre, Camps? Ganará otra carrera, pero porque los demás corren para atrás. Y no se enteran.

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