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Las comidas navideñas disparan la hipertensión

Cometer excesos en las comidas navideñas sale caro. De media, los españoles se subirán a la báscula con tres kilos de más tras las fiestas.

el 14 sep 2009 / 21:56 h.

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Cometer excesos en las comidas navideñas sale caro. De media, los españoles se subirán a la báscula con tres kilos de más tras las fiestas. Un sobrepeso que regala por Reyes un riesgo hasta dos y tres veces superior de padecer hipertensión arterial. "No es lo mismo que una persona sana gane unos kilos durante estos días a que lo haga alguien con hipertensión, diabetes y colesterol elevados. Cada año, es frecuente que en estas fechas los pacientes engorden entre dos y cuatro kilos por abusar de alimentos calóricos. Y esto incrementa el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular", advierte la doctora Nieves Martell, coordinadora del Club del Hipertenso de la Sociedad Española de Hipertensión y la Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA).

Eso sí, los excesos también sirven para diagnosticar casos de hipertensión y diabetes que antes de estas fechas se encontraban en los límites. Así por ejemplo, pueden existir personas con el colesterol elevado pero que no presenten síntomas hasta después de las Navidades. Por ello la especialista recomienda "intentar mantener el peso como uno de los factores más importantes del tratamiento de la hipertensión arterial. Es más, en muchos pacientes constituye el único tratamiento, no siendo necesario añadir medicación. Se ha podido comprobar que un aumento en el peso corporal de 10 kilos supone una diferencia de 20 mmHg en la presión arterial sistólica [máxima] y de 10 mmHg en la tensión arterial diastólica [mínima]", asegura.

Y es que perder tres o cuatro kilos, aunque no se alcance el peso ideal, repercute de forma importante en el control de la presión arterial, la mejora de la respuesta del tratamiento farmacológico para la hipertensión, la tolerancia a la glucosa, ayuda a regular los niveles de colesterol y ácido úrico, facilita el trabajo cardíaco y la respiración, y aminora la sobrecarga en las articulaciones.

"A medida que aumenta el peso se elevan las cifras de presión arterial, resultando mucho más evidente en los menores de 40 años y en las mujeres", señala la doctora Martell.

También recuerda que la obesidad contribuye al desarrollo de la hipertensión arterial en más del 70%; de ahí la importancia de adoptar hábitos alimenticios adecuados que no tienen por qué ser drásticos. "Pequeños cambios dietéticos pueden conseguir grandes resultados para nuestra salud", concluye la facultativa.

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