Zapatero resolvió el sudoku. El modelo de financiación salió adelante sin ningún voto en contra. El Gobierno consiguió el sí unánime de las comunidades socialistas y la abstención, impuesta por Rajoy, de las del PP. Es la coartada para que después los presidentes puedan coger el cheque con el dinero adicional.
Cuatro horas de reunión que pusieron el colofón a cinco años de tiras y aflojas sobre cómo repartir los recursos del Estado entre las comunidades. El Consejo de Política Fiscal y Financiera, el órgano que reúne al Gobierno con las autonomías, aprobó ayer sin ningún voto en contra el modelo de financiación. Un sistema, el quinto que regirá en España, que según la ministra de Economía, Elena Salgado, y el ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, mejorará e igualará la financiación por habitante de las comunidades, aumentará la corresponsabilidad fiscal y permitirá que los ciudadanos puedan acceder en condiciones de igualdad a la sanidad, la educación y los servicios sociales.
Ceuta, gobernada por mayoría absoluta por el PP, apoyó el modelo y fue la única que se saltó el guión escrito desde la calle Génova por el presidente del partido, Mariano Rajoy. Galicia, Madrid, Castilla y León, Murcia, La Rioja, la Comunidad Valenciana y Melilla optaron por la abstención. Una posición que permite a los populares salvar la incoherencia de que el próximo otoño -cuando el Gobierno inicie la ronda de reuniones bilaterales con los presidentes autonómicos para cerrar cómo se aplicará el modelo- haya algún dirigente popular que coja el cheque.
Ha sido en contra del deseo de la comunidad de Madrid, cuya presidenta Esperanza Aguirre ya advirtió por la mañana de que cumpliría el guión pero que prefería rechazar el acuerdo. Finalmente su no tornó en abstención por imposición de Rajoy. La cúpula de los populares quiere salvar contradicciones y sabe que el modelo se ha ultimado en un momento de crisis, en el que las comunidades tendrán muy difícil decir que no a su mordisco de los 11.000 millones de euros adicionales que el Ejecutivo ha tenido que poner sobre la mesa para cerrar el acuerdo. Es más o menos un 10% de los recursos totales del sistema, que en el último año liquidado ascendió a 144.000 millones. La mayoría de ese montante extra (aproximadamente el 50%) llegará en el primer año, aunque eso aún deberá despejarse en el Presupuesto estatal. El resto, de forma gradual hasta 2012. El modelo tendrá ahora que ser aprobado en el Congreso , donde se modificará la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades (Lofca).
La futura financiación contó con el respaldo sin fisuras de Andalucía, que estima que ganará hasta 3.133 millones de euros. También ha logrado el respaldo de Cataluña -después de tensas negociaciones con los nacionalistas- que asegura que se embolsará 3.855 millones más. A estas dos comunidades miran en el PP para asegurar que el modelo no es equitativo ni justo.
El presidente andaluz, José Antonio Griñán, aseguró ayer que la financiación es "una obra que se ha escrito bien, pero se ha interpretado menos bien". Reconoció que ha habido una "puesta en escena discutible" porque un actor, los nacionalistas de ERC, "ha sobreactuado". No obstante, consideró que el modelo es "bueno" porque garantiza la igualdad de todos los españoles. Lo que toca ahora, dijo, es resolver la financiación local en "un futuro inmediato". En el mismo sentido se pronunció la consejera de Economía, Carmen Martínez Aguayo, que criticó que la posición del PP sea "de cara a la galería".
