Primero de Secundaria es el curso con más suspensos y en el que se quedan atrapados más repetidores. Tiene las peores estadísticas de la enseñanza obligatoria: casi el 70% con asignaturas pendientes y un 40% tiene que repetir curso. La Administración educativa siempre lo ha atribuido a la "difícil transición" entre la etapa Primaria y la Secundaria.
Para los estudiantes de 13 años es un salto difícil porque pasan de tener un maestro para todo a tener un profesor por asignatura. Además tienen el doble de materias que estudiar. Otra de las razones que Educación suele mencionar es la inseguridad del alumno: después de seis años el chico abandona el colegio siendo el mayor y entra en un instituto siendo el pequeño. Todas esas causas son más o menos intrínsecas al estudiantes. Sólo desde hace un par de años, viendo que los índices de fracaso escolar no bajaban de ese alarmante 37%, Educación empezó ha asumir que había una "escasa o insuficiente" comunicación entre colegios e institutos, entre maestros y profesores.
Uno de los indicativos de eso estaba en "el pobre uso que los profesores hacían del libro escolar, que era lo único que tenían para saber de dónde venía el alumno y qué problemas de aprendizaje arrastraba consigo", señalan fuentes de Educación.
El libro escolar, donde se apuntaban las notas y poco más, ha desaparecido. A partir del próximo curso será sustituido por el Historial académico, que pretende ser un expediente más completo que sirva para hacer un seguimiento más eficaz del alumnado. "Será como un historial médico que facilite el seguimiento del alumno a su nuevo tutor", explican en la consejería.
Otra de las novedades es que, a partir del año que viene, los estudiantes de Primaria tendrán que ser diagnosticados justo antes de abandonar el colegio para entrar en la Secundaria. Se les hará una prueba-diagnóstico individual que será archivada en su expediente y con la que los profesores de ESO contarán para tenerlo vigilado en clase.
¿Qué supondrá tener un diagnóstico negativo en esa prueba? Si el alumno tiene dificultades de aprendizaje en Lengua o en Matemáticas, entrará en Secundaria con más horas de clase en esas materias que el resto de sus compañeros. En la ESO se computan 30 horas lectivas semanales, aunque dos de ellas sirven para hacer trabajos, materias optativas o actividades de clase.
Se les llama horas de libre disposición y los alumnos que llegan de Primaria con problemas básicos deben dedicar esas horas a reforzar las materias instrumentales. Ese plus de trabajo continuará en 2o de ESO. "En las clases de refuerzo habrá repetidores y habrá alumnos que no han repetido aún, pero que vienen de Primaria tambaleándose", explican.
El curso que viene será piloto para la prueba diagnóstico individual. La harán los colegios de Primaria que quieran hacerla y no será hasta el año siguiente cuando se oficialice esa especie de examen y se extienda a todos los centros escolares.
Una de las reacciones de Educación a los resultados del informe Pisa y de las pruebas de diagnóstico ha sido tratar de reforzar la coordinación entre las distintas etapas educativas. "Durante mucho tiempo han estado funcionando como compartimentos estancos, como si los alumnos y los maestros de Primaria no tuvieran nada que ver con los alumnos y los profesores de ESO. Necesitábamos fomentar la coordinación entre las etapas", aseguran fuentes de la consejería.
