Poco importa que el Gobierno les haya suprimido la paga extraordinaria de Navidad y reducido los días de libre disposición. Ingresar en el cuerpo de empleados de la función pública sigue siendo a día de hoy el sueño de la mayoría de los adolescentes que hincan los codos en las aulas para labrarse un porvenir. Así lo corrobora un estudio elaborado por la Cámara de Comercio de Sevilla y el Campus Universitario EUSA mediante una encuesta realizada a un total de 1.672 jóvenes de entre 15 y 18 años de 40 centros públicos y privados de Sevilla.
Según este informe, preguntados por qué les gustaría hacer en el futuro, el 40,3% de los jóvenes muestra su predilección por ser funcionario; un 30,55% optaría por ser empresario y montar su propio negocio; y sólo un 29,1% preferiría trabajar por cuenta ajena. La encuesta, practicada de enero a mayo de este año en aulas de 4º de ESO y 1º y 2º de Bachillerato, revela además que la mayoría de los estudiantes sevillanos de enseñanzas medias tienen unas expectativas de salario superiores a los 1.500 euros mensuales, "hablando de salario limpio". En concreto el 24,9% considera que su salario mensual cuando termine la carrera universitaria y empiece a trabajar debería moverse entre 1.501 y 2.000 euros; el 19,9% aspira todavía a más y cree que su retribución podrá ser superior a los 2.000 euros; un 34,9% estima que su horizonte económico debería oscilar entre 1.001 y 1.500 euros; y sólo un 20% considera que sus ganancias mensuales podrían estar por debajo de los mil (de ellos un 2,6% admite que sus ingresos podrían estar por debajo de los 700 euros mensuales).
Otra de las conclusiones que han llamado la atención de los autores de este estudio -primero de estas características que se realiza entre los estudiantes de enseñanzas medias- es que los adolescentes gozan de altas dosis de esperanza en acceder en un tiempo relativamente corto al mercado laboral. Más concretamente, el 84% estima que encontrará un empleo en un año como mucho, y de ellos el 41% cree que su primera oportunidad laboral se le presentará en menos de seis meses. Un 14% admite que el periodo de búsqueda de empleo podría alargarse a entre uno y dos años, mientras que sólo el 2% de los encuestados estira ese plazo más allá de los dos años después de complementar sus estudios con otros niveles de formación.
A la hora de elegir las carreras o ciclos formativos que cursarán, los jóvenes anteponen sobre todo el gusto por esos estudios (29,5%) y la salida profesional que puedan tener en función de la demanda del mercado (27,2%). Aunque en menor medida, también intervienen otros factores en la elección final de sus estudios, caso de poder estudiar en la misma ciudad donde viven (18,1%), la conformidad de los padres (13,7%), o el que les permita estar cerca de los amigos (11,3%).
Según este informe, presentado ayer por el presidente de la Cámara de Comercio, Francisco Herrero, y el presidente de EUSA, Luis Uruñuela, los jóvenes sevillanos muestran una disposición mayoritaria (casi el 70%) a cruzar las fronteras para trabajar en otro país. Además, seis de cada diez (58,3%) aseguran disponer de una información completa sobre el mercado de trabajo asociado a los estudios elegidos (formas de acceso al trabajo, salario, nivel de paro en ese campo profesional, exigencias de formación necesarias...). Sin embargo, los autores de este estudio creen que la información de la que disponen los jóvenes sobre el mercado laboral no se ajusta a la realidad, sobre todo teniendo en cuenta sus expectativas de trabajo y el tiempo estimado que emplearán en encontrar un empleo. "Que un joven crea que en menos de seis meses puede hallar un empleo da una idea de que la información de que disponen está poco adaptada a la realidad. Quizás no tienen conocimiento de la envergadura y el alcance de la crisis económica que estamos padeciendo, cuya solución no se augura a corto plazo", puntualizó ayer Salvador Fernández, gerente de la Cámara de Comercio y consejero delegado de EUSA, para quien las oportunidades de futuro están en el autoempleo, de ahí que hayan puesto en marcha programas para estimular la capacidad de emprendimiento entre la juventud.
