Cultura

Los japoneses pasaron por la Bienal

Yoko Komatsubara trajo una obra larga y muy endeble.

el 01 oct 2010 / 05:50 h.

En Japón aman el arte jondo andaluz tanto como en otros muchos países del mundo. De Europa, por ejemplo. Es admirable con la pasión que lo viven y el interés que ponen en aprenderlo para, sobre todo, dedicarse a él de una manera profesional. Ya hay muchos profesionales de la docencia flamenca y hasta de la interpretación en las facetas del baile y el toque. Los hay que también cantan y que no lo hacen mal del todo, aunque sólo sean grandes imitadores. También los hay aquí y se están poniendo ricos, dicho sea sin maldad y sin ánimo de polemizar.

Yoko Komatsubara, la empresaria y artista nipona, se merece todos los homenajes que le quieran dar aquí porque les ha dado mucha vida a los flamencos en ese país. Si no estoy equivocado, está condecorada por nuestro país con el Laso de Isabel la Católica. Y en la Bienal de 1988 presentó un espectáculo en los Reales Alcázares, Yo elegí el flamenco. O sea, que no se puede quejar. Lo de anoche fue también un homenaje, en esta ocasión por las cuatro décadas de historia del Ballet de Yoko Komatsubara, porque el espectáculo fue para olvidarlo lo más pronto posible. Apenas ha interesado porque no hubo ni medio aforo del Maestranza. Dejando al margen al pianista Dorantes, que es siempre una garantía de calidad flamenca, y algunas pinceladas del bailaor gaditano El Junco, lo demás no fue presentable, con unas coreografías anticuadas y un gazpacho de flamenco y clásico español que nos resultó empachoso, por muy buenas que fueran las luces, que en algunos momentos nos maravillaron del todo.

Espectacular también el taiko solista, o sea, el de los tambores, Eitetsu, que colaboró en algunos temas de Dorantes. Es increíble su fuerza y sentido del compás. En su país es una estrella, el mejor de todos. Los cuerpos de baile, lo mismo el femenino que el masculino, dejaron bastante que desear porque, al margen de que las coreografías eran simplonas, evidenciaron escasa preparación, sobre todo en la parte flamenca.De la seguiriya de Yoko y Currillo de Bormujos mejor no decir mucho. Esta mujer nunca ha sabido bailar flamenco, y a estas alturas, sin facultades ningunas, sólo hace el paripé. Es triste que haya bailado esta mujer en la Bienal y no Manuela Carrasco o Milagros Mengíbar. Cosas de Mingo.

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