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Los Tartessos a examen nuclear

La profesora de la Universidad de Sevilla, María Luisa de la Bandera, afirmó el martes en la sede onubense de la UNIA que la Hispalense está trabajando con un equipo de profesionales en la orfebrería y la cerámica encontrada en los yacimientos de los Tartessos.

el 15 sep 2009 / 09:22 h.

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La profesora de la Universidad de Sevilla, María Luisa de la Bandera, afirmó el martes en la sede onubense de la UNIA que la Hispalense está trabajando con un equipo de profesionales en la orfebrería y la cerámica encontrada en los yacimientos de los Tartessos.

La arqueóloga María Luisa de la Bandera anunció ayer en la Rábida, que la Universidad de Sevilla está trabajando en el estudio de la orfebrería y cerámica encontrada en los yacimientos tartéssicos, gracias a la colaboración de un "equipo multidisciplinar" compuesto por arqueólogos, físicos y geólogos.

La experta en arqueología, que ofreció dos charlas tituladas Tradiciones alfareras del mundo tartésico y El oro y plata de Tartessos durante la colonización fenicia, explicó que el grupo además, está colaborando con físicos de la Universidad de Sevilla en la aplicación de "técnicas nucleares" con ayuda del acelerador de partículas situado en La Cartuja, donde analizaron objetos del tesoro del Carambolo y otros yacimientos.

De la Bandera declaró que se trata de "una técnica muy avanzada y no destructiva" en la que se "taladra la pieza con un haz de iones", lo que permite "hacer una lectura del componente de la materia prima", con lo que se puede averiguar los porcentajes de oro, plata y cobre, así como los "elementos de traza", que no se destruyen aunque el oro se refunda varias veces. Con esta técnica es posible determinar "grupos de producción que utilizaron el mismo material" y conocer la procedencia del oro. Con este procedimiento se detectó recientemente en Cádiz oro con un componente importante de paladio, lo que permitió saber que esa materia se trajo a la Península desde minas del norte de África.

Otra de las ventajas de estas técnicas, según explicó la arqueóloga, es que gracias a ellas se ha podido conocer cómo los orfebres de Tartessos "a lo largo del tiempo fueron ganado un conocimiento muy específico sobre los puntos de fusión de la aleación" de las piezas, así como que esta decoración era creada en "talleres locales".

Sin embargo, la profesora afirmó que uno de los fundamentos más importantes de la orfebrería de Tartessos era "manifestar los grados sociales", la presencia de una jerarquía, "rodeada de una carga simbólica" relacionada con el mundo religioso de esta cultura.

De hecho, en Tartessos el mundo espiritual se manifestó también en la cerámica y otros elementos. "A través de la orfebrería se pueden conocer varias cosas", continuó explicando la experta de la Hispalense, "ya que hay una producción demandada por la sociedad" que sirve "para representar clases sociales y que será llevada después de morir por tener una carga religiosa".

Esta cuestión es importante según la experta, porque "permitió conocer la estructura social y el mundo religioso" de esta civilización antigua, así como algunos aspectos tecnológicos en cuanto a la producción y tratamiento de los metales en aquella época.

Descubrimientos. El profesor de la Universidad de La Laguna y director del curso Del mito a la historia. Medio siglo construyendo Tartessos, Antonio Tejera Gaspar, destacó el descubrimiento del tesoro del Carambolo y el hallazgo del yacimiento de Tartessos de la ría de Huelva como dos hitos en la investigación de esta cultura, que dejaron de ser "una referencia estrictamente literaria" para transformarse en "una cultura material, tangible" dijo Tejera.

El yacimiento encontrado en la ría del Odiel en el año 1923 proporcionó muchos nuevos datos sobre esta cultura a los investigadores, ya que en este caso se hayaron más de 400 piezas de bronce que revelaron el intenso trabajo metalúrgico que ya realizaban estas sociedades en sus tiempos con oro, plata y cobre.

El Carambolo fue descubierto en el año 1958 a unos kilómetros de la capital hispalense, y en ese conjunto de cerros no sólo se descubrió un tesoro de 21 piezas de oro de 24 quilates cada una sino que además sus descubridores llegaron a la conclusión de que en este lugar se asentó parte de la civilización tartéssica. Actualmente las muestras de orfebrería se encuentran dispuestas cuidadosamente en el museo arqueológico de Sevilla y en el Ayuntamiento.

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