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Cultura

Marianne Faithfull, veteranía bajo la luz de los farolillos rojos

Una soberbia Marianne Faithfull se mete en la piel de una viuda de clase media que recurre a la prostitución en Irina Palm, el segundo filme de Sam Garbarski...

el 14 sep 2009 / 19:54 h.

Una soberbia Marianne Faithfull se mete en la piel de una viuda de clase media que recurre a la prostitución en Irina Palm, el segundo filme de Sam Garbarski que ayer fue presentado en la sección oficial del Festival de Sevilla.

"Hay muchas películas europeas que sólo existen gracias a estos festivales, y me siento muy agradecido de estar aquí", dijo ayer el realizador con la mirada oculta tras unas gafas de sol. "De todos modos, con Irina Palm he tenido mucha suerte: ha sido exhibida en 42 países, y en Alemania lleva ya cinco meses en cartelera con un éxito notable, más de 400.000 espectadores hasta la fecha".

La historia -coproducida por Bélgica, Alemania, Luxemburgo, Reino Unido, Francia- habla de una señora corriente que, para pagar el costoso tratamiento de su nieto enfermo, atiende la llamada de un sospechoso cartel que dice "se necesita personal" y que resulta ser un burdel.

Al fin logra el dinero que necesitaba, pero tendrá que soportar una situación límite a la que se opone en un principio su hijo, tras descubrir su doble vida, y un vecindario que se aferra a su moral provinciana.

La cinta atrapa al público en buena medida por el magnetismo irresistible que irradia la veterana Faithfull en el papel protagonista. "La idea fue de un amigo, que vio un documental sobre los gloryholes japoneses y creyó que podíamos hacer algo", prosiguió. "Cuando empezamos a trabajar en ello las productoras nos miraban raro, no fue fácil conseguir financiación", agregó.

Según el cineasta, una de las cosas más llamativas es el modo en que el personaje protagonista sobrelleva y compagina su trabajo con su vida cotidiana. "Ella realmente no se siente culpable, trabaja allí como lo haría en una fábrica. Pero, además, hace su trabajo muy bien y obtiene cierta satisfacción personal con ello, de algún modo es feliz. Al final, se enamora de alguien: es una situación un poco límite, seguramente parece difícil que ocurra en la vida real, pero quién sabe", comentó el director.

Otro detalle curioso del filme es el hecho de que Garbarski pase el drama de esta mujer por el filtro del humor, logrando descomprimir los pasajes más sombríos de su relato. "Toda tragedia tiene su lado cómico, y encontrarlo es menos complejo de lo que parece", apostilló el realizador alemán.

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