Local

'Mi corazón continúa encadenado'

La ex cautiva de la guerrilla colombiana de las FARC reconoció ayer en Madrid estar feliz por su libertad recobrada en julio pero añadió que su corazón "sigue encadenado a un árbol de la selva". Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 15:42 h.

TAGS:

La ex cautiva de la guerrilla colombiana de las FARC Ingrid Betancourt reconoció ayer estar feliz por su libertad recobrada en julio pero añadió que su corazón "sigue encadenado a un árbol de la selva", donde pasó más de seis años.

Betancourt acompañó ayer a otro ex secuestrado y ex parlamentario colombiano Luis Eladio Pérez, que fue liberado a principios de este año tras pasar en cautiverio seis años y ocho meses y que ha narrado esa vivencia en "Infierno verde", un libro presentado en la Casa de América de Madrid.

Escrito en primera persona con la ayuda del periodista Darío Arizmendi, el libro incide mucho en la experiencia personal de Pérez y otros compañeros de secuestro, sin olvidar algunas reflexiones sobre la situación política y social en Colombia y el problema de la violencia, el narcotráfico y la guerrilla.

La presentación del libro fue multitudinaria y brindó momentos de emoción: a los dos ex secuestrados se les escaparon las lágrimas en alguna ocasión cuando recordaron hechos concretos de su dramática peripecia.

"Él fue mi familia en la selva" dijo Betancourt, que fue liberada en una operación militar, mientras Pérez lo fue tras gestiones internacionales.

Toda la rueda de prensa tuvo un poco de tristeza, porque los dos ex parlamentarios insistieron en que su felicidad no será completa hasta que los demás secuestrados no vuelvan a su casa y siempre como consecuencia de un acuerdo pacífico y no de un rescate militar, opción que rechazaron por peligrosa para la vida de los cautivos.

La vía del diálogo que dé lugar a un espacio de convivencia es la apuesta de Betancourt y Pérez, cuyo esfuerzo pasa ahora por favorecer la libertad de otros secuestrados en Colombia, entre 3.000 y 4.000 en palabras del ex cargo electo de Nariño.

Betancourt subrayó su deseo de encontrar un equipo de gente adecuado - "un dream team", señaló - para crear una fundación que se ocupe de la defensa de la libertad, los derechos humanos y el medio ambiente y dejó claro su negativa a volver a la política, después de haber sido parlamentaria y candidata a las presidenciales de 2002, en cuya campaña fue secuestrada.

"La política, como se hace en Colombia, no me gusta, no tengo deseos de participar. El tema electoral no me atrae", enfatizó Betancourt, mientras Pérez elogió las virtudes de su compañera de encierro como eventual líder "para la reconstrucción nacional", con un "corazón saneado y sin rencores".

Ello porque el actual presidente colombiano, Álvaro Uribe, "ha sido el presidente que el país necesitaba para hacer la guerra que no se había hecho (contra la violencia), pero no lo es para hacer la paz", según Pérez.

El compromiso en favor de quienes han quedado secuestrados forma parte de la terapia para superar el trauma del cautiverio, así como el reencuentro con la familia y su amor.

Betancourt añadió otro: "Dios", ya que es creyente y hoy llevaba un rosario, aunque no quiso extenderse en comentarios sobre su actividad religiosa.

Los dos ex secuestrados hicieron un llamamiento a los líderes de la guerrilla de las FARC para que reflexionen y busquen cambiar Colombia a través de la política y no de las armas.

Betancourt quiso tener un recuerdo para "los muchachos, casi niños" que integran el movimiento guerrillero y de los que dijo que también son rehenes que han perdido a sus familias y tienen pocas posibilidades de recuperar su vida normal si siguen en el movimiento.

A la hora de avanzar en esta línea Betancourt apeló a los líderes latinoamericanos para que intercedan y presionen sobre la guerrilla con el objetivo de que abandonen la lucha armada y opten por la acción política.

Por su parte, Pérez hizo hincapié en que esa presión internacional ha de ser sobre las FARC, pero no sobre el Gobierno de Uribe para que dé un reconocimiento político a la guerrilla.

Aunque la rueda de prensa estuvo atravesada por la pesadumbre por la situación en Colombia ambos ex secuestrados tuvieron algún momento para la sonrisa, como cuando recordaron que durante el cautiverio Pérez contaba a Betancourt su anhelo de comerse un cochinillo en un restaurante céntrico de Madrid, que vio cumplido ayer por la noche.

Esta tarde Betancourt será recibida por el Rey Juan Carlos y, junto a su compañero de drama, agradeció las gestiones europeas en su favor, en especial de España, Suiza y Francia.

  • 1