Después de llamar la atención de los lectores con poemarios como Viento de cuchillos o Equilibristas, Rocío Hernández Triano (Sevilla, 1976) ha dado un importante salto conquistando este año el premio Carmen Conde de poesía con Los seres quebradizos, que recientemente vio la luz en el sello Torremozas. Los seres del título somos todos nosotros , explica. De hecho, en el libro abunda el pronombre nosotros, e incluso titula a una de las partes del poemario titulada Nosotros, sin embargo. He querido en este libro reflexionar sobre la condición quebradiza, frágil o leve del ser humano .Dicha reflexión se antoja irónica en la primera parte del libro, con personajes anónimos que transitan sucesos cotidianos, hasta el mayor adentramiento en el terror que produce mi propia fragilidad , explica; y al final del libro, la autora se centra en el ser más quebradizo y a la vez más fuerte y luminoso, mi hija Julia, por su doble condición de niña y de persona que ocupa el centro de mi existencia. Como ningún padre puede asegurar la felicidad, la salud, el bienestar de su prole al cien por cien, un hijo también es asomarse al abismo, a veces es sentir terror y siempre es sentir cierto desasosiego .Para Hernández Triano, el hallazgo de lo poético no exige ir muy lejos: La poesía es un viaje interior y es una mirada sobre el mundo. Esa mirada puede estar evidentemente en el entorno más cercano y cotidiano que te rodea, o bien puedes dar un salto a través de la imaginación o de la reflexión a otras realidades más lejanas, abstractas o metafísicas. Yo creo que mi poesía sí tiene una mirada sobre lo que me rodea porque es un propósito para trascender hacia lo universal o hacia lo colectivo. No me interesa buscar lo raro o lo exótico o lo retórico, ni en el fondo ni en la forma. Por esta razón mi poesía parece cercana, pero siempre pretendo con imágenes poéticas claras expresar un concepto preciso .Pero la autora también es capaz de conjugar temas eternos con nuevas tecnologías, como sucede en el poema Internautas. Son historias paradójicas de personas que, pese a todo, tratan de buscarse en el amor, aunque al final sólo exista el desencuentro o el desencanto , explica la autora, que se considera deudora de muchas influencias: Por ejemplo, en el primer poema Acaso dejo claro mi admiración por Wislawa Szymborska de cuya lectura mi poesía sigue un rastro entre lo lúdico y lo irónico. Luego, creo que hay tres poetas fundamentales para mí, como son César Vallejo, Miguel Hernández y Lorca. Y, por otro lado, está también el misticismo de San Juan de la Cruz o, por otro lado, José Ángel Valente. Hay algunos poetas más cercanos en el tiempo como Amalia Bautista o Manuel Vilas, de los que hay alguna cita en algún poema. Como puede verse son influencias un tanto erráticas, distintas entre sí, pero que confluyen de una manera muy espontánea en mi obra .Por último, Hernández Triano explica qué le ha supuesto ganar el Carmen Conde. Ha sido una gran satisfacción ganar este premio, que siempre me resultó muy atractivo por las mujeres que lo había ganado con anterioridad y de las que he leído tanto, como María Sanz o Juana Castro. Es un incentivo a mi labor que, por un lado, proyecta mi obra a un publico mayor y, por otro, me da confianza y me anima a continuar .
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