Local

“No somos mejores ni peores actrices por ser ciegas, sordas o cojas”

TNT estrena ‘Las visiones de Hildegard’ representada por dos intérpretes invidentes. La obra enfrenta la faceta más sexual y la más espiritual de una abadesa del siglo XII.

el 23 ene 2014 / 23:30 h.

TAGS:

Una imagen de la obra que podrá verse hoy y mañana en la sala de teatro TNT Una imagen de la obra que podrá verse hoy y mañana en la sala de teatro TNT.

No son la única compañía de teatro formada por personas invidentes de España, pero sí es la primera en funcionar independientemente, al margen de la ONCE. La sala de teatro TNT recibe este fin de semana, dentro del feSt, a los madrileños Contando Hormigas, una agrupación formada por actores ciegos que representará hoy y mañana a las 21.00 horas –entradas de 10 a 13 euros– Las visiones de Hildegard, obra que recrea la vida de Hildegard von Bingen, una abadesa alemana del siglo XII, mujer de bandera que ha pasado a la historia como adelantada a su tiempo, interesada tanto en el mundo artístico, filosófico y científico, del que fue referente en la Edad Media. Mamen Martín y Mariu del Amo son las intérpretes que encarnan a este personaje, cada una de ellas en una faceta diferente de su vida.

Aunque reconocen que no les gusta llamar la atención simplemente por el hecho de poseer una discapacidad visual, sí acceden a explicar los retos a los que se enfrenta un actor invidente a la hora de encarar una obra como ésta. “Cuando me subo al escenario, la ceguera no existe. Yo me siento fuerte y me supero como mujer y como persona, no como ciega. No es un obstáculo para mí, ni creo que un actor sea mejor o peor por ser ciego, sordo o cojo. La ceguera queda a un lado”, señala Mariu del Amo, que recuerda que la única diferencia es que “hay que recorrerse el escenario unas horas antes para dominar el espacio, pero el resto del trabajo es el mismo”.

Esta intérprete, que asevera que afrontar su labor siendo ciega “no es un motivo de fortaleza”, pone un ejemplo muy clarificador: “Un actor con asma que tenga un papel que le obligue a dar saltos tendrá que prepararse un poco más antes. Sobre el escenario, el no puedo hacerlo porque no veo no existe.”

En cuanto al personaje, Del Amo destaca que Hildegard “fue una de las pioneras, a las que ahora se empieza a conocer un poco más”. A la hora de interpretarlo, subraya que “es un personaje muy amplio”, lo que llevó al director a trabajarlo con dos actrices. Ella encarna la faceta “más carnal y emocional”, mientras que su compañera Mamen Martín da vida a su parte “más luchadora y terrenal, la que se enfrenta al mundo de los hombres”.

Pese a esta división, ambas tienen “momentos espirituales y viscerales”, asegura Mamen Martín. “Al principio, cuando el director habló de esta abadesa, me asaltó el miedo, porque yo soy más platónica y espiritual, y creo que te puedes enamorar de una persona sin tener contacto carnal, lo mismo que te puedes enamorar de un pájaro y un paisaje”. Y en esta visión se diferencia del punto de vista de Mariu, para quien la abadesa “ama a las mujeres de una forma sexual”. “Para mí es lesbiana. Ella se enamoraba de las monjas. Mamen cree que es más un cariño espiritual”, señala.

Ignacio Calvache, responsable de la compañía, es el director de este montaje, que “surge del interés por la figura de Hildegard, una mujer única y excepcional en su tiempo”. “Nos atraía mucho el personaje y que cada una de ellas pudiera encarnar un aspecto diferente en su personalidad.

Éste es su quinto espectáculo, tras Ahora Fobia, Mañana voy yo difícil, La retina transparente y Duermevela. Contando Hormigas se fundó en 2004, aunque sus componentes ya llevaban varios años creando juntos en diferentes actividades organizadas por la ONCE. Tras decidir dar el salto y volar solos, la compañía se constituyó y empezó a representar sus propias obras, todas ellas representadas por actores deficientes visuales, bajo la dirección de Calvache, especializado en teatro hecho por ciegos. “Somos un grupo que llevamos una trayectoria larga y venimos funcionando con lo que recaudamos por taquilla, con el apoyo de unas muy escasas subvenciones”, presume.

Para Mariu, “trabajar al margen de la ONCE fue una liberación”. “Hacemos lo que nos gusta y nadie debe decirnos qué tipo de teatro hacer. Ellos hacen un trabajo diferente, montajes más sencillos y no tan arriesgados. La ONCE nos reclamaba hacer teatro para ciegos. Nosotros no entendemos qué es eso. Hacemos obras para todos, obras arriesgadas e investigamos. Por eso estamos en el feSt y no en un festival para invidentes”, concluye la actriz.

  • 1