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Nuclear ¿sí o no?

El Consejo de Seguridad Nuclear tiene que emitir el día 5 un veredicto sobre el cierre de Garoña. Marcará el futuro de esta energía en nuestro país

el 16 sep 2009 / 03:36 h.

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La promesa electoral que realizó José Luis Rodríguez Zapatero en la campaña electoral de 2004 sobre el cierre progresivo de las centrales nucleares que actualmente hay en activo en España genera divisiones dentro del propio PSOE. ¿Pero cuánto hay de positivo y de negativo en el uso de esta energía?

El pasado 19 de mayo el vicepresidente de la Fundación Ideas y ex ministro de Trabajo, Jesús Caldera, recomendó al Gobierno la clausura de todas las centrales nucleares como parte de las conclusiones del informe Un nuevo modelo energético para España. Ante esto, Felipe González, ex presidente del Gobierno, puso en entredicho el mencionado informe e instó a "pensar seriamente" cerrar la central de Garoña -cuyo futuro se decidirá antes del 5 de junio- y abrir el debate sobre las nucleares, declaraciones que pusieron de manifiesto las divisiones internas que hay dentro del propio PSOE.

Mientras tanto, CiU y PP también pidieron en sus programas electorales del 7 de junio reabrir el debate sobre la energía nuclear en Europa ante las crecientes demandas energéticas.

No obstante, son muchas las entidades y organizaciones contrarias a este tipo de energía. Greenpeace y Ecologistas en Acción abanderan esta causa. Para estas dos asociaciones los motivos son suficientes y claros. El responsable de la campaña de energía de Greenpeace, Carlos Bravo, señala que "es un fracaso desde el punto de vista tecnológico, económico, medioambiental y social, además de contribuir a la creación de armas nucleares. Es una energía más cara, más sucia y más peligrosa que las energías renovables, y es totalmente prescindible".

Javier González, portavoz de Ecologistas en Acción, añade el "problema de la seguridad, que es un peligro enorme. También hay que destacar la importancia de los residuos radiactivos, para los que no hay solución".

Con respecto a este aspecto concreto, la Sociedad Nuclear Española, partidaria de este tipo de energía, reconoce que "aún no se ha podido dar una respuesta absolutamente satisfactoria", aunque esto no tiene por qué cuestionar todas las ventajas que proporciona. Hay que señalar que la nuclear "no contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero, puede suplantar a las renovables y garantiza durante muchos años gran cantidad de energía eléctrica".

En cuanto a la seguridad, aspecto que preocupa a todos, declara que "la sociedad puede estar tranquila porque la tecnología está perfectamente madura y hay gran regulación en el sector. Nosotros somos los que más cerca estamos del posible peligro y la seguridad está totalmente garantizada".

En este debate de energía nuclear sí o no, la central de Santa María de Garoña tiene un futuro incierto y puede convertirse en la primera víctima del compromiso del Gobierno, puesto que su licencia caduca en el próximo mes de julio y está a la espera de conocer el informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que debe pronunciarse antes del 5 de junio, que de ser negativo supondría la clausura de la central.

Emilio Jarillo Ibáñez, encargado de prensa del departamento de Energía del Ministerio de Industria, explicó a este periódico que si el informe del CSN es desfavorable y determina que la central nuclear no cumple con los requisitos para continuar abierta, la decisión es "concluyente y determinante". En el caso de que el organismo decidiese que se le puede dar una nueva prórroga, esto no sería vinculante, es decir, el Consejo de Ministros tomaría la decisión y "se tendrían en cuenta otros factores como puede ser el panorama energético o político".

Desde la central de Garoña, Antonio Cornadó, director de comunicación de Nuclenor -empresa propietaria de la central- declaró que "es respetable que haya personas a las que no les guste esta energía y piensen que estarían mejor con una central nuclear menos, pero la energía nuclear también tiene su sitio y para nosotros lo importante son las decisiones del CSN".

Por su parte, la presidenta del Foro de la Industria Nuclear Española, María Teresa Domínguez, afirmó que la industria nuclear española propone un "mix energético avanzado" consistente en un 30% de nucleares, un 30% de renovables y un 30% de combustibles fósiles. En este sentido, indicó a Europa Press que la nuclear es "la única" que funciona prácticamente las 8.000 horas del año, por lo que ofrece una estabilidad energética al país pues, para generar la misma energía con renovables, se necesitaría triplicar el número de instalaciones.

Para lograr ese 30% de generación nuclear, valoró que se necesitarían unos 11.000 megawatios más, equivalentes a la producción de entre 8 y 10 reactores nuevos, además de los 8 existentes. "La nuclear tiene que ser muy importante en España, porque al aumentar las centrales, aumentarán también las renovables y disminuirán las de combustibles fósiles", concluyó.

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