Unas veinte personas, miembros de familias rumanas desalojadas de un cortijo granadino, se plantaron a las puertas del Ayuntamiento dispuestos a pasar allí la noche y reclamando una cama. El consistorio trasladó esa obligación a la Junta. Los okupas rumanos cuentan con el apoyo de una plataforma integrada por 14 ONGs. La policía anunció que intervendría, aunque al cierre de esta edición no habían ocurrido incidentes.
El Ayuntamiento aseguró que dos familias fueron realojadas y que otras dos, protagonistas de la protesta, habían aparecido por "efecto llamada". La Plataforma defendió que si el ayuntamiento no las conoce "es porque no ha ido allí a conocerlas", pero admitió que no todas las familias llevaban en el cortijo desde marzo.
