Rajoy ya se ha puesto manos a la obra para la confección del equipo que le acompañará en el congreso del PP y su primera decisión ha sorprendido a muchos. A a su lado, como vicepresidente del partido, podría estar Ruiz-Gallardón, el mismo al que dejó fuera de las listas para el 9-M.
Rajoy busca con su nuevo equipo una fórmula que le permita aprovechar el tirón de Gallardón para reforzar su candidatura sin darle un cargo ejecutivo que le obligaría a dejar la alcaldía. Rajoy recuperaría así la figura de vicepresidente del partido que ya tuvo en su día la Alianza Popular de Fraga.
Es un movimiento de mucho riesgo porque Gallardon se convertiría así en el numero dos del partido, lo que podría provocar una rebelión de todos los sectores críticos y, en especial, de Esperanza Aguirre.
Rajoy tiene dos posibilidades para rescatar ese puesto. La primera sería aplicar las novedades que la ponencia de estatutos incluye de cara a la estructura del partido. Ese documento, redactado por Núñez Feijoo, uno de los cercanos a Rajoy, dice que la modificación, supresión o refundición de los órganos del PP es competencia del Comité ejecutivo a propuesta del presidente.
Otra de las vías para la creación de ese cargo a la medida de Gallardón es a través de una enmienda que a última hora sería sometida a debate en el propio congreso del PP.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, fue, como era de esperar, la primera en reaccionar ante la noticia. Aguirre destacó que "no sería nuevo" que Gallardón fuera vicepresidente, porque "ya ha sido vicepresidente de AP".
También los secuaces de la presidenta madrileña se pronunciaron ayer sobre la situación del PP. El vicepresidente primero y portavoz del Gobierno regional, Ignacio González, aseguró que le parece "lógico, deseable, sensato y razonable" que Rajoy consultase con los presidentes autonómicos del partido muchas decisiones importantes para la formación "ahora y en los próximos meses", teniendo en cuenta "el momento" en el que se encuentra el partido.
El propio Ruiz-Gallardón, que estuvo ayer en un acto con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, bromeó sobre la situación del partido y alegó que al PP le haría "mucha falta" ahora el "amparo" del patrón de los políticos, Tomás Moro, aunque no quieren "acabar como él", condenado a muerte por el delito de alta traición.
Barberá obsequió al alcalde con un facsímil de la obra de Moro Sobre la tristeza de Cristo y Gallardón regaló a la alcaldesa un sacapuntas antiguo con la intención de que la "mejor alcaldesa de España" siga "sacando punta a todo aquello que necesitamos en Valencia y en España", a lo que Barberá respondió que lo pondrá en marcha "en el congreso".
Mientras tanto, de vuelta al debate sobre el liderazgo de Rajoy, el vicepresidente del Parlamento europeo, Alejo Vidal-Quadras, rechazó avalar la candidatura del presidente popular, a la espera de que "defina su línea estratégica". "Cuando lo haga, tomaré mi decisión", proclamó.
Pese a las fisuras, Rajoy, estará arropado mañana en el acto político que celebrará en Valladolid por 12 de sus presidentes regionales, después de confirmarse que a la cita faltarán los del País Vasco, Madrid, Castilla La Mancha y Extremadura.
