Las direcciones Federal, Regional y Provincial del PSOE han acordado cerrar filas en el proceso de designación del candidato a las próximas elecciones municipales en Sevilla. Fieles al discurso oficial de los últimos meses, dirigentes de los distintos niveles del partido tomaron la determinación –durante un encuentro mantenido recientemente en una capital andaluza– de apoyar que el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín agote el mandato y permanezca en el sillón de la Plaza Nueva hasta la primavera de 2011. Dicho respaldo, en cualquier caso, no supondría un aval para que Monteseirín repitiera candidatura. Más bien al contrario, casi todas las fuentes consultadas en el PSOE lo dan por amortizado.
Incluso el propio Monteseirín ha llegado a expresar en la intimidad sus dudas sobre la idoneidad de presentar su proyecto para otros cuatro años. El movimiento orgánico busca que la sucesión sea pilotada desde la cúpula y no la haga el propio Monteseirín al precipitar su dimisión. Si eso ocurriera, el partido ya ha decidido que la alcaldesa sería la siguiente en la lista, Rosamar Prieto y no Gómez de Celis, a quien el alcalde considera su relevo natural.
La decisión de la cúpula orgánica entronca con la máxima de los socialistas de no abrir precipitadamente el relevo en las alcaldías de las ciudades donde gobiernan y cierra en la práctica la posibilidad de que Monteseirín pueda actuar al margen de los órganos de decisión del partido. Y es que las ejecutivas han consensuado que, en el caso de que Monteseirín decidiera “de forma unilateral” presentar su dimisión antes de las elecciones, la alcaldía quedaría de forma automática en manos de Prieto Castro, teniente de alcalde, delegada de Turismo y Fiestas Mayores y número tres en la lista. Ella ocuparía el cargo toda vez que salieron el número dos, José Antonio Viera y el cuatro, Emilio Carrillo. De esta forma, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, delegado de Presidencia y Urbanismo, perdería las opciones de tomar el relevo de Monteseirín pese a que es la opción más valorada por el alcalde si éste decidiera no continuar.
El acuerdo, según fuentes del PSOE, está respaldado por el vicesecretario general, José Blanco, el secretario regional, Manuel Chaves y el secretario provincial, José Antonio Viera, quienes coincidirían en que la designación de Gómez de Celis no genera hoy el consenso necesario en el seno del partido socialista.Así las cosas, que Monteseirín cumpla su compromiso electoral hasta 2011, no le haría repetir candidatura, aunque tampoco sería totalmente descartable. Fuentes del partido subrayan que a partir de octubre, tras la presidencia española de la Unión Europea, se debatirá la candidatura a la alcaldía de Sevilla y se buscará el perfil más adecuado para la difícil tarea de revalidar el gobierno. En ese sentido, en el PSOE sostienen que las encuestas serán “determinantes” para encontrar el perfil del candidato, que será “conocido y valorado”. Los últimos sondeos castigan a Monteseirín y dejan muy tocada a la marca PSOE en Sevilla, si bien en la ejecutiva consideran que los indicios de recuperación económica y un perfil adecuado podrían reeditar un gobierno de coalición con Izquierda Unida.
La segunda parte consistiría en explicar a la ciudadanía un nuevo pacto con la coalición de izquierdas tras las duras críticas lanzadas por algunos sectores conservadores de la ciudad e incluso dentro del propio PSOE, que consideran que el excesivo protagonismo de IU ha dañado la imagen de los socialistas en la capital.los nombres. Con todos los problemas que tiene hacer predicciones en política, a día de hoy, existe un perfil que aglutina el consenso de la cúpula socialista: el consejero de Vivienda, Juan Espadas, aunque juega en su contra el escaso conocimiento ciudadano. No sería descartable, a tenor de la información que arrojen las encuestas en 2010, la irrupción del propio secretario provincial, José Antonio Viera, si bien en el PSOE regional no se ve con claridad la operación. El PSOE deberá aplicar un fino bisturí si no quiere que la sucesión se convierta en un polvorín que dé al traste con las expectativas electorales ante la fortaleza que hoy acumula el PP en la capital.
