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Rural no es sinónimo de ecológico

Los habitantes de las ciudades pequeñas generan más residuos y consumen más energía que los de las grandes urbes, según el Informe Anual de Medio Ambiente.

el 12 jun 2011 / 19:07 h.

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El 42% de los envases de vidrio, papel o carten y ligeros del mercado se recuperan.
En contra de la creencia generalizada, que asimila la vida en el medio rural con una mayor vinculación con el entorno y por ello con una mayor conciencia de su cuidado, algunos datos de la conducta humana con efectos directos sobre el medio ambiente desmontan el mito. Los ciudadanos de los municipios pequeños generan más basura y consumen más energía eléctrica que los de las grandes urbes. Si en las grandes ciudades cada andaluz genera una media de 1,43 kilos de basura al día y gasta alrededor de 4,6 megavatios a la hora, en las localidades de entre 30.000 y 10.000 habitantes cada vecino genera 1,75 kilos de basura al día -la cifra se dispara en las ciudades medias hasta 2,45 kilos diarios- y consume hasta un megavatio más diario de energía eléctrica, según los datos del Informe Anual del Medio Ambiente .

 

En total, los andaluces producen al año 4.860 meta toneladas de residuos sólidos urbanos, lo que supone unos 585 kilos al año por habitante, por encima de la media europea, situada en 512 kilos, y española (547 kilos anuales por persona). Sí se sigue avanzando en el reciclaje, ya que cuatro de cada diez envases que se comercializan en el mercado (vidrio, papel-cartón o envases ligeros) son recuperados.

El 60,7% de las 4.860 meta toneladas de basura recogidas en un año se tratan en plantas de compostaje, un 35,2% van destinadas a vertederos controlados, un 7,1% son recogidas de forma selectiva para su reciclaje y lamentablemente aún existe un 1,5% que va a parar a vertidos incontrolados, porcentaje que va en paulatino descenso.

En el último año, aumentó la recogida selectiva de los envases ligeros de forma que cada andaluz se preocupa por tirar al correspondiente contenedor 12 o 13 kilos de estos envases al año. Estos contenedores son los más numerosos con una tasa de uno por cada 158 habitantes. Sin embargo, el reciclaje del papel y el cartón bajó ligeramente y cada ciudadano separó unos 18 kilos mientras que el del vidrio se mantuvo estable con nueve kilos anuales por habitante. La tasa de contenedores para el vidrio es de uno por cada 342 habitantes y la de papel de uno por cada 302.

En un año, en el mercado circulan 610.969 toneladas de estos tres tipos de envases y 259.467 fueron recuperadas para su reciclaje, lo que supone una tasa del 42,56%. En el caso del papel y el cartón, se recuperan seis de cada diez (66,4%) y en los envases ligeros el 45,8%, mientras que en los de vidrio se limita al 29,6%. Jaén y Córdoba son las ciudades donde más envases es posible recuperar porque los ciudadanos reciclan más mediante la recogida selectiva, mientras que los almerienses son los menos concienciados con este sistema.

Junto a los residuos, hay otros indicadores que repercuten en la conservación del medio ambiente. El consumo de energía doméstico ha bajado en el último año hasta una media de 5 megavatios a la hora por habitante, aunque en ello tiene que ver la crisis económica y el ahorro impuesto por ésta. De nuevo, el consumo es menor en las ciudades de más de 100.000 habitantes (4,6 megavatios/ hora) que en las localidades más pequeñas (5,6 en las de 100.000 a 50.000 habitantes; 5,3 en las ciudades medias de 50.000 a 30.000 vecinos y 5,5 en las pequeñas hasta 10.000).

Es también importante, por su repercusión en la emisión de gases de efecto invernadero, el parque de automóviles existente, que en la comunidad se sitúa en 512 coches por cada mil habitantes, una densidad de un automóvil cada dos personas.

Y para contrarrestar todo esto, una de las principales medidas es la dotación de zonas verdes. En las capitales y grandes ciudades andaluzas existen enormes diferencias. Así, si en Sevilla hay 11,21 metros cuadrados de zonas verdes por habitante, en Cádiz apenas llegan a los 2,55 metros cuadrados dadas sus limitaciones geográficas. El resto se mueve entre los 6 o 7 metros cuadrados verdes por persona.

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