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Sabor a bodeguita familiar

el 17 jun 2011 / 09:57 h.

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Carlos Alberto Fernández se ve hombre inquieto y curioso, esa curiosidad le ha llevado a trasladar a la cocina del viejo negocio familiar, las novedades culinarias que ofrece hoy día la Bodega Mi Tierra (c/ Tamar, 3, local 3), Carlos pasó por varias cadenas de hoteles donde husmeó en los fogones, reteniendo todo lo bueno que allí veía, autodidacta de la cocina, es digno de elogio su empeño de crear cocina elaborada en un sitio que, a priori, no nos esperamos.

Antes de entrar nos recibe un acogedor toldo en estos días donde ya empieza a apretar el Lorenzo, que pronto se llenará de mesas al aire libre y que ahora ofrece unas bonitas barricas como mesas altas. Mi Tierra tiene el sitio justo para una barra donde nos saluda un hermoso lebrillo de papas aliñás y unos quesos que sirven de ambientador. Bajo la vitrina, flamenquines XXL y otras viandas de atractivo aspecto. Varios armarios climatizados guardan los vinos que se sirven, en adecuadas copas, a una temperatura ideal, también los que se copean, gracias a su dispensador que conserva las botellas abiertas en plenas condiciones de consumo.

Frente a la barra un coqueto salón de, digamos, estilo sevillano, ya saben tipo Becerrita, Manolo León, etc. Cabezas de toro, cuadros con paisajes de la Sevilla de antaño, carteles y un bonito friso de azulejos. En contraste con el servicio familiar y más desenfadado de la barra, un eficaz y sobrio maître nos atenderá perfectamente en las mesas, donde sólo se sirven raciones y medias, aunque nos asegura Carlos que va a ampliar las tapas a las mesas, cosa muy sensata tal como están los tiempos.

Las cartas, sobre todo la de tapas, se cambian frecuentemente, atendiendo a los productos estacionales del mercado, aunque hay clásicos inamovibles, entre ellos el crepe relleno de queso y gambas (2,70 euros) con suave y ligera salsa, la milhojas de hortalizas con rulo de cabra y ventrisca de salmón ahumado cubierta con salmorejo (3,80 euros), donde destaca la potencia del queso y un sabroso tomate de Los Palacios, lo que ya va siendo un clásico en los bares de Sevilla, el tataky de atún (2,70 euros), en este caso con un sabroso toque de salsa de soja y guarnición de arroz al curry, una muy buena hamburguesa de solomillo de ternera, sin pan, en plato con guarnición de foie y patatas paja. Otras tapas que se mueven bastante en la cocina, el queso frito rebozado con almendras sobre confitura de tomate de Los Palacios (3,80 euros) o los raviolis de foie con salsa de setas (3,90 euros).

La carta del salón ofrece buena variedad de entrantes, ensaladas, revueltos, tostones, pescados, carnes y otras cosas, muy buenas para compartir, ya que en Mi Tierra las tapas son verdaderos platos y los platos, raciones para que varios vayan picando, pinceladas al centro que decían los concejales de antes.

Ya hemos hablado de las buenas condiciones de los vinos, no menos reseñable es la política de precios, de hecho podemos degustar todo un Marqués de Vargas Reserva por 18,50 euros. Buenos blancos, como el gran Albariño de Fefiñanes (18,75 euros) o un Valdesil (18,25 euros), Godello de Valdeorras, aunque quizás se echen en falta blancos y rosados más económicos, en tintos, además del mencionado, destacar el ribereño Conde de San Cristóbal (18,90 euros) y un muy agradable Damana Crianza (3,50 euros por copas). Hay tintos de otras zonas, como el Finca Moncloa de Arcos o el Losada (19,95 euros) del Bierzo.

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