El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se quejó de las molestias que causa a los usuarios la huelga en el transporte público terrestre, que después de tres días va a seguir el fin de semana, y subrayó que "ya no hay ninguna razón" para que continúe.
El portavoz del Elíseo, David Martinon, señaló que Sarkozy, tras reunir a los dirigentes de las empresas concernidas por los regímenes especiales de pensiones contra cuya reforma se convocó la huelga indefinida, ha pedido a su ministro de Trabajo, Xavier Bertrand, que mantenga sus esfuerzos para el fin del paro en los ferrocarriles y el transporte metropolitano de París.
El presidente criticó que en la compañía de ferrocarriles SNCF y en la de los transportes metropolitanos de París RATP, "los usuarios siguen estando gravemente penalizados por un movimiento que ya no tiene ninguna razón de continuar".
En ese sentido, subrayó que se ha propuesto a los sindicatos de ambas compañías "los mismos procedimientos de negociación", que ya se han puesto en marcha en las empresas energéticas EDF y GDF.
Martinon puso el acento en que el seguimiento de la huelga ha seguido disminuyendo, con un 32% en la SNCF -según la dirección- después del 42% del jueves y el 62% del miércoles, y con un 23% en la RATP, después del 27,2% que había calculado el jueves y el 44% el miércoles.