En las empresas mandan los hombres. En las públicas y en las privadas. El Informe de Impacto de Género del Presupuesto andaluz incluye por primera vez datos de directivos en las empresas públicas. La goleada es clara: 21 a 4.
Hace unas semanas el presidente de la Junta, Manuel Chaves, convocó a una veintena de los empresarios andaluces más potentes. La foto de aquella mesa hirió alguna retina. Una sola mujer, la viceconsejera de Economía, Carmen Martínez Aguayo, estaba en el epicentro del poder económico andaluz. La foto podría repetirse si Chaves se sentara con los directivos de las empresas públicas.
El Informe de Impacto de Género, que acompaña al Presupuesto andaluz de forma pionera desde hace cinco años, analiza por primera vez el personal directivo de las empresas públicas. Los datos, de junio de 2008, dejan claro que los 3.117 millones de euros de los que disponen empresas y entes asimiliados del sector público, estarán gestionados en su gran mayoría por hombres.
La situación mejora en los equipos directivos, donde se respeta la representación equilibrada de hombres y mujeres que impone la ley. Pero mirando un escalón más arriba, de 25 de las entidades analizadas por la Consejería de Economía, sólo cuatro de ellas tienen una mujer al frente. El 16%. Muy lejos del 40% que impone la ley.
La Consejería de Economía está convencida de que "los números y las cifras son también la expresión de la política" y por eso lleva cinco años evaluando el impacto del Presupuesto en la igualdad entre hombres y mujeres. El documento, que sigue levantando ampollas entre algunos miembros del Gobierno andaluz, deja al descubierto -con datos desagregados por género- quién se beneficia de las políticas públicas. Además, las partidas presupuestarias se puntúan según su apuesta por la igualdad. Los programas que obtengan el G+, matrícula de honor, tendrán preferencia a la hora de repartirse el incremento presupuestario. En las cuentas de la crisis, las de 2009, el 53,6% del total del Presupuesto está evaluado como G+. Estas partidas han crecido un 5,6%, en la media del incremento del presupuesto, mientras que los programas clasificados como g0, sin incidencia en la igualdad, crecieron el 4%.
Los euros de los que disponen cada consejería están directamente relacionados con su capacidad para presentar programas con un sesgo positivo hacia la igualdad. "Tienen más programas con más capacidad para ser motores del cambio", según fuentes de la Consejería.
Las resistentes. Hay consejerías "resistentes", señalan desde Economía. Son las que con más recelo observan la obligación de pasar todas sus políticas por el tamiz de la igualdad. Desde la Consejería que dirige José Antonio Griñán apuntan a dos: Agricultura y Empleo. Justo son las que, junto a Obras Públicas y Vivienda, incumplen la ley en cuanto a la obligación de uan representación equilibrada de hombres y mujeres en su equipo directivo. Innovación ha corregido este desequilibrio y también Igualdad, aunque en este caso en contra de la sobrerepresentación femenina.
¿Y sirve? Desde la Junta defienden avances. Por ejemplo en la representación de las mujeres en los órganos de gobierno de las universidades. Han pasado del 24 al 34,6%. Claro que el 16% de la financiación de las universidades se ha vinculado a la igualdad. Si hay dinero por rmedio, la resistencia al cambio de vence antes.
