Turismo al olor de los fogones

Cuatro de los mejores restaurantes de Los Palacios y Villafranca buscan atraer turistas hechizados por la mejor cocina del Sur

el 15 jun 2014 / 23:40 h.

Los responsables de los restaurantes implicados en el proyecto el día de su presentación. Foto: Francisco Amador Los responsables de los restaurantes implicados en el proyecto el día de su presentación. Foto: Francisco Amador En la impenitente lucha por salir de la crisis, los tal vez mejores restaurantes de Los Palacios y Villafranca, que también lo eran cuando el boom les llenaba sus salones a diario, han demostrado que son los tiempos malos el verdadero motor del ingenio y la sinergia. Aunque el proyecto se ha cocinado a fuego lento en los últimos años, es ahora cuando Manolo Mayo, Casa Moral, La Pachanga y Casa Juanma han formado una corporación empresarial que respalda cuatro paquetes turísticos con el encanto de la mejor mesa y mantel como epicentro. En contacto con una mayorista que les proporcione visitantes, y bajo el nombre de Mesa de Turismo del Bajo Guadalquivir, ahora que ni existe la Mancomunidad de tal nombre, los cuatro restaurantes palaciegos han tematizado su oferta con cuatro nombres llenos de contenido y sabor: El mejor campo de Andalucía, Corazón de la marisma arrocera, Tierra de caballos y La Unión de dos pueblos. Cada uno de ellos cuenta con un almuerzo en el restaurante que el cliente elija, y en ese suculento banquete radica el principal atractivo. En el caso del primer paquete temático, el cliente degustará, en consonancia con la huerta palaciega, «sopa de tomate tradicional de Los Palacios con trigueros y langostinos» (Casa Juanma), por ejemplo, o «ensalada de tomate de Los Palacios con sardinas y queso de vaca con vinagreta de pesto y albahaca» (Casa Moral), amén de cuatro platos más, maridaje de vinos y postre. Pero no sólo por la boca se alimenta al turista; antes, se organiza una visita a la empresa local Semillero Andaluz, que cuenta con 4.000 metros cuadrados de modélico invernadero en los que podrá aprenderse cómo se siembran las plántulas hortícolas más típicas del pueblo, como las del preciado tomate o las de las gigantescas sandías. También se prevé pasar por las cooperativas Frupal y Las Nieves. Y luego del almuerzo, una visita al museo costumbrista de Juan Begines, sin duda una de las joyas etnográficas más impactantes de la región aún por descubrir. Todo ello por 90 euros. Los otros paquetes ofrecen visitas a la cooperativa Arroceros del Bajo Guadalquivir, a los singulares paisajes del Brazo del Este, al centro de equitación de Manuel Carvajal, a la yeguada de Ayala, paseos en coche de caballo, por el centro histórico del pueblo, o a la tertulia flamenca El Pozo de las Penas. La nueva corporación empresarial organizó su puesta de largo el pasado miércoles en Casa Moral. José Antonio Moral pidió a las autoridades presentes que «apoyaran la idea porque al fin y al cabo es una forma de promocionar el pueblo». Le recogió «con agrado» el guante el alcalde, Juan Manuel Valle, quien felicitó a los empresarios por esta iniciativa y anunció la visita de representantes de la Consejería de Turismo de la Junta precisamente a los restaurantes implicados para promocionar en el próximo Fitur las rutas del arroz. Además, hoy lunes, con la presencia del consejero de Turismo, Rafael Rodríguez, se presenta en Manolo Mayo el plan estratégico de Turismo que el Consistorio ha elaborado en los últimos meses con el asesoramiento de una empresa privada. El alcalde encajó bien la innovación privada y aseguró que «sólo en la colaboración empresas-administración pública puede encontrarse la salida». De hecho, valoró positivamente el proyecto bajo el eslogan Un pueblo en el paladar. Los Palacios y Villafranca: brújula del sabor, y le pareció un «primer paso fundamental» para «seguir mejorando» con lo que el plan estratégico ofrece después de meses de estudio: la necesidad de una web que ofrezca todos los detalles en materia turística; ahondar en el filón medioambiental que ofrecen parajes únicos como el Cerro de la Cigüeña o el Lago de Diego Puerta; y cuidar detalles imprescindibles en la proyección del pueblo como la utilización del inglés, la legalización de atractivos reales pero que integran la economía sumergida o la adaptación de edificios a los minusválidos.

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