Cofradías

Un retablo para el Tres Caídas

La capilla de Los Marineros descubre el nuevo altar para el vecino más antiguo de Triana

el 09 ago 2012 / 20:42 h.

La pieza diseñada por Manuel Guzmán Bejarano ya ocupa su ubicación definitiva en el templo de la calle Pureza.

Tan sólo dos meses han tenido que esperar los hermanos de la Esperanza de Triana para poder contemplar el retablo del Santísimo Cristo de las Tres Caídas prácticamente concluido. Fue durante la mañana de ayer cuando los operarios que estaban trabajando en su montaje procedieron a retirar todo el andamiaje que rodeaba el altar para permitir la colocación de las piezas en el interior de la capilla de Los Marineros. De esta forma, quedó al descubierto toda la riqueza de tallas que configuran una obra colosal, diseñada por el recordado artista Manuel Guzmán Bejarano.

El altar, que se está realizando en el taller de Manuel Guzmán, comenzó a instalarse en el templo a mediados del pasado mes de junio, cuando se dispuso en su ubicación definitiva el cuerpo inferior del retablo. Por aquel entonces, Adolfo Vela todavía presidía la corporación de la calle Pureza y, aunque no quiso marcarse unos plazos demasiado encorsetados para la finalización de estos trabajos, sólo han bastado unas ocho semanas que para que el altar se descubra casi terminado. Ahora, la nueva junta de gobierno de la corporación que preside Alfonso de Julios deberá continuar con un proceso al que aún le restan algunos detalles, a pesar de estar ya inmerso en la última fase de ejecución y montaje.

Lo que no dejaron cerrado los anteriores oficiales de la hermandad fue todo lo relativo al proceso de dorado del altar, ante la previsión del cambio de junta de gobierno que se hizo efectivo el pasado mes de julio. Serán ahora los nuevos responsables, capitaneados por Alfonso de Julios, los que deban tomar una decisión a este respecto, valorando el importante coste que supondría para las arcas de la corporación. Igualmente, resta por definir la ejecución del remate del conjunto que, según estaba previsto por la hermandad inicialmente, será un bajorrelieve encargado a un imaginero de primer nivel.

En conjunto, el nuevo retablo, que una vez colocado en su ubicación definitiva ha dejado a la vista el hermoso detalle de cada una de las tallas que lo configuran, tiene unas dimensiones de 9,5 metros de alto por 7 de ancho. La pieza ha sido realizada en madera de cedro, con un coste que ascendió a los 280.000 euros, procedente en su mayoría de las donaciones de los hermanos y devotos, quienes poco a poco ven como el nuevo altar del vecino más antiguo de Triana comienza a tomar forma.

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