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Una de cal y otra de arena del sevillismo

La afición del Sevilla es madura, muy madura, pero ahora sobre todo está desencantada y decepcionada, y lo demuestra. Partidos como el de ayer, ante un campeón de Europa, llegan y pasan por Nervión como uno más. A la vez entienden a su equipo, por mal que esté, y sabe cómo ponerse a su lado en los momentos difíciles, aunque sean demasiados.

el 17 feb 2011 / 23:17 h.

La afición del Sevilla siempre ha sido exigente, muy exigente. Es una de sus mayores virtudes, sobre todo en los últimos años. Tiene su parte de culpa en que el listón haya subido considerablemente en la entidad de Nervión y son responsables de que sus dirigentes no puedan acomodarse en el sillón, de que sus jugadores no busquen retiros dorados en el Sánchez Pizjuán y de que los gestores tengan acentuada su conciencia cada vez que fallan en un fichaje.

En la presente temporada la afición sevillista se siente en parte engañada, por el precio de los abonos sin jugar la Liga de Campeones, y por el nivel y el rendimiento que está ofreciendo la plantilla. Y por supuesto, se siente decepcionada. La Liga está siendo frustrante, el equipo va de tropiezo en tropiezo y la tercera y la cuarta plaza, objetivos reales del conjunto hispalense, ya casi ni se atisban. Es más, ahora mismo no ocupa el Sevilla ni plaza de competición continental.

Pero habiendo razón en todo ello, el Oporto sigue siendo el Oporto, la Liga Europa, la UEFA, sigue siendo esa competición que hizo alucinar a los sevillistas y el Sevilla sigue defendiendo un status importante en el Continente. La afición al completo no lo ve así. Ayer el Sánchez Pizjuán registró poco más de media entrada, aunque los que estuvieron apoyaron como los que más, sin duda. Eran todos los que estaban, pero no estaban todos los que eran. Las entradas para los abonados oscilaban entre los 10 y los 25 euros. Razones tendrán los que no fueron. Quizás se temían lo que sucedió.

Pero por otro lado, los seguidores nervionenses han alcanzado una madurez a veces asombrosa y loable. Entiende la idiosincrasia de Luis Fabiano y pasa de ella. Y entiende a su manera que hay jugadores que tienen crédito más allá de fallos untuales, por asiduos que sean últimamente, y los respeta, como el caso de Palop, que por cierto lleva varias de arena tras sus montones de cal.

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