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Una música recuperada

Por fin una noticia cultural grata para nuestra ciudad. El viernes este periódico daba la noticia de que el Ayuntamiento de Sevilla había firmado el convenio de colaboración con la Consejería de Cultura para fijar las condiciones de adquisición...

el 15 sep 2009 / 16:13 h.

Por fin una noticia cultural grata para nuestra ciudad. El viernes este periódico daba la noticia de que el Ayuntamiento de Sevilla había firmado el convenio de colaboración con la Consejería de Cultura para fijar las condiciones de adquisición, conservación y uso del legado de nuestro inolvidable compositor Manuel Castillo (1930-2005), para lo cual nuestro consistorio destinará 42.000 euros. El legado está compuesto por sus libros, partituras autógrafas, cuadernos, apuntes, grabaciones sonoras, objetos personales, mobiliario e instrumentos de teclado que se habían conservado en su luminoso piso situado frente al Parque de los Príncipes.

Con más de 150 títulos en su producción (minuciosamente catalogados por el investigador sevillano Pedro José Sánchez Gómez), con ficha abierta en todos los grandes diccionarios de Música del siglo XX, dos veces ganador del Premio Nacional de Música, hijo predilecto de Andalucía, Medalla de Oro Nacional al Mérito en las Bellas Artes, Premio Andalucía de Música, Premio Fundación Guerrero, Hijo Predilecto y Medalla de Oro de la Ciudad de Sevilla, académico de número y Medalla de Honor de la Academia de Santa Isabel de Hungría, catedrático y director de nuestro Conservatorio Superior de Música que lleva su nombre, miembro de la llamada Generación del 51 junto con Cristóbal Halffter, Luis de Pablo y Carmelo Bernaola, pianista espléndido y docente ejemplar, este andaluz universal dejó entre nosotros una huella indeleble.

Muy reservado siempre, austero en su vida diaria y trabajador infatigable en sus cíclicas e irregulares etapas creadoras, siempre afirmé que Manuel Castillo parecía un profesor del Royal Collage of Music. "La Música -me expresó en numerosas ocasiones- como toda la Cultura, debe ser un instrumento al servicio del desarrollo, de la concordia y de la paz entre los pueblos". Nunca olvidó a sus grandes maestros: Antonio Pantión y Norberto Almandoz en Sevilla, Antonio Lucas Moreno y Conrado del Campo en Madrid; y, ya en París, Lazare-Lévy y la legendaria Nadia Boulangier, que había sido también maestra de composición de figuras de la talla de Aaron Copland, Darius Milhaud, Astor Piazzolla o Daniel Barenboim)

Siempre mantuvo su independencia "haciendo la música que siempre me ha gustado hacer". Y ello, sin salir de su Sevilla natal. Porque Castillo encontró en nuestra ciudad los cuatro pilares esenciales de su vida: la música, su familia, sus alumnos y sus amigos. Mozart, Bach, Schubert, Bruckner y Stravinsky eran sus compositores preferidos. Amaba el silencio, el mismo silencio que le acompañó hasta el último día. Sus amigos Ana Guijarro y José Enrique Ayarra divulgan hoy su música de teclado por todos los auditorios y salas de conciertos del mundo en homenaje al maestro.

Aplaudo sin reservas la iniciativa de Maribel Montaño, nuestra delegada municipal de Cultura. Como buena gestora pública, sabe que la política es el arte de lo posible y no el de inflar globos o lanzar a diario proyectos de humo sin presupuestos para financiarlos. Con esta iniciativa lo ha demostrado. Todos nos felicitamos.

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