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¿Velázquez o Sevilla?

Los esfuerzos de Focus Abengoa por dejar en Sevilla el cuadro de la Inmaculada y la polémica -probablemente interminable- sobre si su autor fue Velázquez o Alonso Cano ponen de manifiesto algo muy importante y que, sin embargo, no termina de captarse...

el 15 sep 2009 / 22:29 h.

Los esfuerzos de Focus Abengoa por dejar en Sevilla el cuadro de la Inmaculada y la polémica -probablemente interminable- sobre si su autor fue Velázquez o Alonso Cano ponen de manifiesto algo muy importante y que, sin embargo, no termina de captarse: el papel desempeñado por esta ciudad en las artes a lo largo del Siglo de Oro. Que no acabe de saberse si el lienzo salió de los pinceles de uno u otro alumno de Pacheco a causa de las semejanzas estilísticas indica, por encima de todo, las cualidades del taller del maestro, uno entre los muchos que existían.

En Italia, junto a Miguel Ángel, Brunelleschi, Rafael o Fra Angelico está Florencia, mientras que Tiziano, Tintoretto o Veronese van unidos inexorablemente a Venecia, nacieran donde sea y estén o no las grandes obras de todos ellos allí; de hecho las mejores de Tiziano las tenemos en España o el cuadro más famoso de Veronese cuelga en el Louvre. Pero la fuerza formadora de esas ciudades se proyecta siempre por encima de las personalidades artísticas concretas derivándose, como es lógico, una puesta en valor del papel cumplido por ellas en un determinado período.

Aquí, por el contrario, la gloria de aquella Sevilla no es la de haber destronado a Venecia en el Parnaso sino sólo la de ser patria chica de Pacheco, Velázquez, Valdés Leal o Murillo con lo cual no sólo quedan fuera figuras como Alonso Cano, granadino pero formado aquí, sino, además, permanece en la sombra la potencia de una ciudad, creadora de genios, imán para artistas flamencos, franceses o italianos y nexo con Nápoles o América. Todo eso ha sido puesto de manifiesto en investigaciones como La cultura artística en la Sevilla de Velázquez, de Luis Méndez, pero no se sacan las consecuencias oportunas. Por cierto, el libro fue galardonado por Focus hace unos años.

Antonio Zoido es escritor e historiador

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