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“Vivir y estar en torero es duro pero es con lo que siempre he soñado”

ENTREVISTA. El joven novillero Lama de Góngora vuelve hoy a La Maestranza

el 09 abr 2013 / 23:48 h.

El novillero afronta esta tarde su reencuentro con la Maestranza, una plaza clave para su carrera. ESTEFANÍA GONZÁLEZ (ATESE) El novillero afronta esta tarde su reencuentro con la Maestranza, una plaza clave para su carrera. ESTEFANÍA GONZÁLEZ (ATESE) Francisco Lama de Góngora afronta esta tarde su reencuentro con la plaza que le vio salir a hombros en aquella noche mágica de verano en la que se recuperaron tantas ilusiones. El joven aspirante abrió la Puerta del Príncipe y fue paseado a hombros por las calles del Arenal levantando unas enormes expectativas que se han convertido, de paso, en sus mayores exigencias. Todo llegó después sin solución de continuidad: el apoderamiento por Manolo Tornay y Santiago Ellaury; el debut con picadores en la feria de Olivenza, y la entrada en las grandes ferias junto a otros nombres propios que han revalorizado el escalafón menor. Pero ha llegado la prueba de fuego. Paco Lama se enfrentará esta tarde con su propio espejo sabiéndose mirado y medido por todos. Es su hora y tiene dos novillos encerrados en los chiqueros de la plaza. –Ha entrado usted en las grandes ferias desde que debutó en Olivenza. ¿Cómo se asume esa responsabilidad? –Con mucha ilusión de que llegue cada tarde. Al fin y al cabo es con lo que había soñado desde que cogí por primera vez un capote. Veía a los novilleros punteros del escalafón y quería verme reflejado en ellos; de alguna manera quería estar en ese sitio. Es una enorme carga de responsabilidad pero se acepta con esa ilusión y con muchas ganas de triunfar. –¿Y cómo se asume esa carga? –Si a un chico que empieza le dices que va a estar en las grandes ferias y que todo lo que haga va a tener la máxima repercusión, le puede pesar. Yo me preparo mentalizándome en el campo. Llevo encerrado cinco meses en la finca de mis apoderados y paso los días pensando sólo en el toro, sabiendo que pueden llegar momentos duros. Cuando sale el toro hay que estar muy de verdad. –Ésa es la vida más clásica del torero. ¿Le gusta estar en el campo? –Vivir en torero es lo más bonito que hay y mucho más si puedo hacerlo junto a una figura como El Cid y de la mano de Luis de Pauloba, que me corrige absolutamente todos los fallos. Pero vivir en torero también es duro: dejas tu familia, tus amigos y su cariño. Te sumerges en un mundo de soledad, con el toro en todas partes. Tienes muchas horas para pensar, estás en el campo desde que sale el sol hasta que se va y cuando se pone tienes mucho tiempo para reflexionar; para buscarte y rebuscarte a ti mismo. La vida del torero se basa en esa búsqueda interior. –¿Qué le aporta la cercanía de un torero como El Cid? –Manuel Jesús es un figurón del toreo y me está aportando mucho, dentro y fuera de la plaza. Me sirve para mirar de reojo qué significa estar arriba pero a mí me queda muchísimo. Tengo mucha sed y muy poca agua pero estamos en el camino. –¿Qué queda de aquella noche de julio en la que salió por la Puerta del Príncipe? –Me vienen fogonazos de las dos noches pero sobre todo esa zozobra que te entra cuando cruzas ese ruedo. Al pisar el albero de la Maestranza te entra un cosquilleo por el cuerpo. Te llenas de torería y de pasión y lo que quieres es echarte la tarde a la espalda y que toda la atención se centre en ti. Recuerdas todo, el respeto y el silencio de la afición porque aquí lo que le gusta al aficionado, al fin y al cabo, es ver torear. –Todo el mundo anda pendiente de ti... –Bueno… se hará lo que se pueda. –¿Pesa esa expectación? –Me motiva; al fin y al cabo es lo que quieres. Pero lo que más miedo me da es que la gente no llegue a entender mi forma de entender el toreo, que puede ser algo distinta a lo habitual. Pero cuanto se entreguen y vean mi manera de expresarme creo que vamos a conectar rápido –Ha llegado el ansiado 10 de abril. Inaugura usted el ciclo continuado de festejos... –Sí, tengo muchísimas ganas de que llegue esta tarde. Sueño con el cerrojazo de la puerta de cuadrillas. Que suene el pasodoble y comience el paseillo. –Aquí anda todo el mundo apretando los dientes. El escalafón de novilleros se encuentra en buen momento y eso exige un compromiso mayor... –Sobre todo una mayor entrega. Admiro mucho a mis compañeros pero yo tampoco me voy a dejar nada dentro. El día de mi debut en Olivenza competí en todos los quites, incluso en momentos en los que no me correspondía pero daba igual. Había que salir allí, imprimir variedad, dar una dimensión distinta y relajarme con los novillos. Era un día frío y la conexión con el público fue complicada. No estaba en mi tierra pero estoy orgulloso de lo que hice. Eso sí, los toros hay que cuajarlos. Después llegaron las ferias de Castellón, Valencia… –¿Se encuentra cómodo con la embestida del utrero? –Sí, me meto antes en su mundo y hay una unión más rápida con su comportamiento. Es un animal que hace las cosas más despacito, de forma más seria y así la conexión es más rápida. –La partida se va a jugar en las plazas grandes... –Sí, no hay otra. No se están dando las novilladas de los pueblos y tenemos que ir a las ferias grandes aunque aunque no tengamos el nivel necesario. Yo estoy muy nuevo pero también tengo ilusión y ganas. Creo que soy un novillero con frescura y mi único miedo es no lograr conectar con el público tal y como quisiera pero cuando lo consigo siento una felicidad interior enorme. Si todo eso llega, vamos a reventar la feria. –Se habrá formado una opinión propia de los acontecimientos que están sacudiendo al toreo... –Están pasando muchas cosas pero podría ser un buen momento para el futuro de nuestra profesión. Hemos tocado fondo y podría llegar el gran cambio en esta actividad, que necesita estructurarse bien. No debemos mirar por nosotros mismos, tenemos que mirar al futuro del oficio. El toreo está en nuestras manos y somos nosotros los que tenemos que arreglar la situación sin convertirnos en enemigos de nosotros mismos. –¿Qué hace Francisco Lama de Góngora cuando no está pensando en el toro? –Hay muy pocos segundos en el día en los que no esté pensando en mi profesión. Me gusta mucho el arte, en todas sus vertientes. Eso es lo que me gusta de verdad y cuando no pienso en el toro busco algo que me inspire para torear mejor. –Un pajarito dice que le encanta escribir... –Sí, es verdad. Me gusta mucho la poesía. Lo hago mal pero me monto mi mundo y mi historia. –Y los libros de Derecho, ¿se han quedado en la estantería? –Estarán debajo de la cama, jajajajaja.

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