¡Buenos días!

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20 nov 2017 / 23:22 h - Actualizado: 20 nov 2017 / 23:22 h.
  • ¡Buenos días!

Tal día como hoy hace 63 años en la ciudad de la gracia se posaría para siempre el espíritu santo sobre las sienes de la Dolorosa de Sevilla en forma de corona labrada por Cayetano González. Las hermanas de la Cruz, sus madrinas, desde el amanecer revoloteaban impacientes en el claustro porque la Madre de sus desvelos, iba a ser coronada. La plazuela custodiada por el Señor del Silencio y San Juan sentía un vacío inusual porque la Virgen partió sola hacia la Catedral, pero no iba sola, Sevilla entera la acompañaba. Ella que siempre transita por la calle de la Amargura camino del Calvario, quiso la ciudad apartarla por unas horas de la senda y cambiarle el Gólgota de su sufrimiento por naves catedralicias coronadas de fe. Sevilla con su hermandad tornó sus propias palabras, donde aquella mujer de Nazaret no fue Mara, la amarga, fue Noemí la llena de gracia. Tomó rumbo donde la valiosa presea realizada en su misma casa le aguardaba custodiada por el Cardenal Segura quien por rescripto concesorio de la reverenda fábrica de San Pedro siguió el mandato del Papa Pío XII y coronó canónicamente a la Virgen de la Amargura, entregándole también su pectoral. Fue la primera dolosa en recibir esta concesión, pero que grande es el destino, mi calle Feria y que grande mi Sevilla que diez años después de coronar a Mara, la de San Juan de la Palma quiso coronar a Noemí, la llena de Gracia, la Esperanza Macarena. Ellas son el Norte y el sur de la vía gloriosa hispalense. Hazme un favor, sé feliz.