Algunas de las cosas que no deberían ocurrir (I)

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13 feb 2018 / 21:44 h - Actualizado: 13 feb 2018 / 21:45 h.

A veces, tengo la sensación de estar siendo señalado como machista por el simple hecho de ser hombre. Y solo por eso.

Supongo que, como todos los de mi generación puesto que recibimos la educación que recibimos, alguna vez tendré algún ramalazo machista. Procuro que no sea así, pero la estupidez humana siempre va por delante de la razón o las buenas intenciones.

Dicho esto, me parece injusto y propio de radicales entender que todos los hombres somos iguales, pensamos del mismo modo o hacemos las mismas cosas que van de machistas a extravagantemente machistas. Eso no es cierto y es, por tanto, lamentable.

Pero, también a veces, creo percibir que el movimiento feminista es propio de la izquierda política y que si una mujer situada a la derecha es atacada de forma machista no recibirá el mismo apoyo que otra situada a la izquierda. Parecen resonar esas frases tan groseras e insoportables que tanto se han escuchado en las tascas: algo habrá hecho; se lo merece.

Cuando digo que a veces parece que el feminismo es propio de izquierdas lo que quiero decir es que se apropian de algo universal los de un lado del mapa político. De forma insultante, por cierto. Es lo mismo que sucede con la bandera de España aunque en ese caso son las derechas las que afanan el símbolo.

No deberían pasar estas cosas. Ni todos los hombres son machistas ni las mujeres dejan de serlo por defender una idea u otra. Incluso las mujeres que no tienen claro qué es eso del feminismo o las que no creen en la idea, incluso esas, son mujeres a las que hay que proteger de los ataques machistas. No de los hombres. No. De los hombres malos. De esos sí.