Así que...

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11 mar 2017 / 16:12 h - Actualizado: 11 mar 2017 / 16:12 h.
"Cofradías","Pareja de escoltas"

Queremos revitalizar el viacrucis y nos perdemos en dimes y diretes: que si un lunes, que si un sábado, que si una imagen señera...; y, sobre todo, que el rezo penitencial es lo importante y no los traslados de ida y vuelta por vistosos que sean. Pero, luego, —oh, Dios mío— cerramos las puertas de la catedral o se coloca un piquete de guardias. Ay, ay... Que así se nos va la afición y luego cuesta un mundo que la gente vuelva al abono (que se lo pregunten si no a la empresa regente del coso del Baratillo). A ver quién les dice el año próximo a cuantos se quedaron en la calle sin poder seguir el rezo de las estaciones que vuelvan a la seo hispalense. Bien está que la Puerta de Palos se reserve al cortejo y que la de Campanillas se cierre por obras o que, mientras pasan las andas, se encajen las otras; pero ¿que no se deje entrar a nadie cuando nada lo impide salvo el criterio —claramente desacertado— del cabildo catedralicio? Ya saben: no se les vaya ocurrir llegar con la misa empezada que igual también los dejan fuera. En fin, que el Arzobispo dio como conclusión del acto una de las mejores pláticas que le he escuchado —en corto y por derecho— y esto, que tanto bien pudo hacer a muchos, quedó también cercenado por la decisión de su cuadrilla —valga, de nuevo, el símil taurino—, quienes olvidaron que es siempre el matador el que debe lucirse. Don Juan José va a tener que decirles, ajustándose el solideo: «¡Tapaos todos y dejadme solo!». ~