Os acordáis de la película Aterriza como puedas? Sí, esa en la que un avión pierde el control y todo lo que sucede en el interior es absurdo y a la vez cómico. Pues estos momentos por los que pasamos es algo parecido. Viajamos en la aeronave España a la orden del comandante de vuelo Sánchez. El trayecto anunciado era corto, pero ahora parece que vamos a volar hasta que se agote el combustible. Agárrense bien que comenzamos la travesía y apriétense por que aquí cabemos todos. Si no se puede volar alto es suficiente con no estrellarse con los edificios. –¡Señor comandante nos faltan algunos catalanes!. –»No os preocupéis vamos a por ellos». –Pero señor, es que dicen que si viene el Rey no se montan. –Mayday, mayday –Aquí torre de control, dígame. –Manden de inmediato al Pardo un avión privado para sus majestades que en este no pueden montarse porque el pueblo es soberano y yo no puedo obligarlo a nada- pero señor son solo unos cuantos, la mayoría quieren volar con los Reyes. –Haganme caso que como no lo haga son capaces de quitarme el mando del vuelo. –A la orden, señor- –Por cierto, desde aquí arriba se ve atasco en la pista de Cadiz. –Si señor, en Casa Balbino han subido las ventas de tortillitas y en Bigote ya no hay gambas. –Ves cómo está la gente contenta. –Señor, las extraordinaria de este mes de julio de dónde lo sacamos, es que sin la pista estamos tiesos. –Eso son cosas secundarias, usted siga supervisando la exhumación de Franco que nosotros ya llegaremos. Hazme un favor, sé feliz.