Cosas de España

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02 jul 2017 / 21:40 h - Actualizado: 02 jul 2017 / 21:40 h.

Creo que en los actos del 40 aniversario de la democracia en España se siguen quedando cosas en el tintero. No me refiero a haber convertido al rey emérito, hasta ahora oficialmente el auténtico artífice del proceso, en un jarrón chino olvidado en cualquier rincón de Zarzuela, que dice muy a las claras el ambiente que se vive en la Corte. Quizás haya faltado autoridad y buen hacer en la presidencia del Congreso para evitar una injusticia histórica con el rey emérito como la del otro día.

Se queda olvidado el padre, como se queda en el tintero un discurso mucho más correcto con la historia, con Machado o con el pueblo español. En el discurso del rey llama la atención el escaso rigor histórico y el simplismo con el que culpa de los males históricos de la nación al enfrentamiento entre españoles, el traslado de la culpa a un pueblo que prácticamente no participaba de la política y que vivía ajeno a la construcción de un Estado dirigido por los borbones, la Iglesia, el ejército y las oligarquías agrarias. Referenciar a Cánovas como garante de la ley, padre del caciquismo y los pucherazos de España, creo que es altamente sintomático. Tergiversar un poema de las dos España de Machado de 1912 para convertirlo en una sensación machadiana de 1936, poniendo a los golpistas a la altura de los republicanos, es otra joya del discurso.

Ni una referencia a la memoria de la gente común que murió y luchó contra el franquismo y en favor de la democracia, ni una referencia a la corrupción del sistema. El colmo, condecorar a un ministro franquista. Cosas de España.