Domingo VI de Pascua (ciclo A)

Comentario bíblico

21 may 2017 / 09:06 h - Actualizado: 21 may 2017 / 09:07 h.

El tiempo de Pascua se acerca a su final y las lecturas ya aluden a la acción del Espíritu Santo. Así aparece en el evangelio, que continúa el de la semana pasada, ofreciendo parte del discurso de Jesús en la última cena. Jesús anuncia su muerte y resurrección. Pero, les asegura que pedirá al Padre que les envíe el Espíritu Santo, que será su animador y defensor (paráclito), los mantendrá en la verdad y siempre estará con ellos, prolongando la presencia del Dios-con-nosotros. Al igual que el Hijo, el Espíritu no es recibido por el mundo, pero pone su morada en los creyentes, vive en ellos, estableciéndose una íntima relación (lo conocen). Jesús exhorta a los discípulos a vivir en la dinámica del mandamiento del amor para estar en comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu.

El Espíritu impulsa la obra evangelizadora, como señaló el Señor Resucitado antes de su ascensión: «Recibiréis el Espíritu Santo y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los confines del mundo» (1,8). La primera lectura presenta la llegada del evangelio a Samaría, región considerada pagana por los judíos, gracias a la misión de Felipe. Sus palabras, acompañadas por los signos del Reino (curar dolencias y expulsar espíritus inmundos), hicieron que muchos se convirtieran a Cristo y la ciudad se llenara de alegría. Finalmente, recibieron el Espíritu Santo por la imposición de las manos de los apóstoles, quedando incorporados a la Iglesia.

Todo cristiano, como pide el apóstol Pedro, tiene que estar siempre dispuesto a dar razón de su esperanza a quien se lo pida. Haciéndolo con respeto y mansedumbre, padeciendo, como Jesús, el sufrimiento de quien lo calumnia y persigue, apoyado en el Espíritu que devolvió la vida a Jesús.

1. ¿Sientes la presencia del Espíritu Santo dentro de ti? ¿En qué modo experimentas que te defiende y acompaña?

2. ¿Sales como Felipe a las «periferias» para llevar el evangelio? ¿Cuáles son esos lugares?

3. ¿Das razón de tu fe y esperanza cristianas ante los demás? ¿Respondes con mansedumbre a los insultos y rechazos que recibes?