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El Rey activa el botón para controlar la Generalitat

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Juan Luis Pavón juanluispavon1
03 oct 2017 / 22:58 h - Actualizado: 03 oct 2017 / 23:02 h.
"Pasa la vida","El desafío catalán","Referéndum ilegal en Cataluña"

Seis minutos para frenar sesenta horas de vertiginosa descomposición de la concordia democrática en España. Felipe VI no podía demorar ni un día más su irrupción mediática en la gravísima crisis de Estado, para marcar un punto de inflexión en la descomposición política y social. El Rey, con su discurso, pronunciado con la firmeza que requiere la situación, aclara a toda la ciudadanía qué es lo más importante de lo que está sucediendo: la quiebra del orden constitucional. Y señala dónde están las medidas para evitar el naufragio: dentro de la propia Constitución. A las 21:00 del 3 de Octubre de 2017, el Jefe del Estado ha levantado el tabú sobre la utilización, por vez primera, de las medidas excepcionales reguladas en la Carta Magna para inhabilitar a un Gobierno autonómico. Habemus artículo 155, el botón rojo de la emergencia institucional. Tras ese primer paso, en esta dinámica de acción-reacción en la que se mueven como pez en el agua quienes llevan décadas soñando jugar a la revolución identitaria, ahora tienen que decidir los independentistas si intentan la ruptura total esta misma semana o si prefieren por táctica aguardar a una maniobra dilatoria.

Sin duda, este discurso ha sido elaborado en Zarzuela tras multitud de conversaciones discretas del Rey con Rajoy, con líderes de los principales partidos, con ex presidentes del Gobierno, con líderes de los principales países aliados, y con personalidades clave del constitucionialismo, de la judicatura, de la clase empresarial, de las finanzas y las Fuerzas Armadas dentro y fuera de Cataluña. Felipe VI tenía ayer delante un panorama desolador. Las imágenes de pueblos catalanes con la plaza mayor llena de vecinos jaleando que se quite la bandera española de la fachada de su ayuntamiento. El acoso humillante a destacamentos de policías y guardias civiles en hoteles. Miles de jóvenes que encarnan en las calles la desafección irreversible hacia España. El periódico ‘The Washington Post’ señalando que Rusia, a través de sus ‘hackers’, han apoyado al Gobierno de Puigdemont. Y, lo más preocupante, con PP, PSOE y Ciudadanos persistiendo en su pertinaz y patética desunión. Y con Podemos aprovechando el río revuelto. Lo que jamás hacía el PCE ni cuando les asesinaban a sus abogados en Atocha. La lentitud de reflejos y la tardía comprensión del Gobierno español sobre la fortaleza de la insurrección burgués-anarquista en Cataluña ha dado ventajas para que los secesionistas aceleren sus acciones aprovechando la debilidad del poder nacional. Lo que ellos llaman Madrid.

No será el de anoche el único discurso del Rey a la nación con motivo de este golpe al Estado de Derecho. Lo más dramático aún está por llegar.