La carta de un enamorado

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02 mar 2017 / 16:35 h - Actualizado: 02 mar 2017 / 16:45 h.
"Excelencia Literaria"
  • La carta de un enamorado

Por Isabel Ros, ganadora de XII de Excelencia literaria.

Londres, 21 de Agosto de 1919

Querida señorita Wilson:

Tomo la pluma para hacerle partícipe de lo mucho que la añoro. No sabía que la vida sin usted podría ser tan difícil. Llevo ya casi dos meses sin verla, y de veras que mi corazón la extraña. Debe de existir algún remedio ante semejante mal, pues de lo contrario no sé cómo sobreviviré al próximo mes, en el que me veré obligado a viajar al continente para ocuparme de unos asuntos familiares. Será esta la temporada más larga en la que estaremos separados, querida Margaret, y el simple pensamiento de esta realidad me desquicia.

En estos últimos días —tan solo tres han pasado desde la última misiva que le envié— ha acaecido una cantidad considerable de sucesos, de esos que mi madre y la suya llaman «extraordinarios». El primero de ellos es, sin duda, uno de los que más le van a gustar, queridísima Maggie: he de anunciarle que su amiga Sophie se ha comprometido con el joven Blake. Me los encontré en el bulevar paseando felizmente del brazo, y no pude resistir la tentación —un tanto indiscreta— de preguntarles cómo se encontraban. Ella, inmediatamente y sin poder evitar la alegría que la embargaba, me mostró la alianza y procedió a contarme todos los detalles respecto a la declaración de amor.

A mi favor, he de decir que la alianza que le regalé a usted es mucho más bonita que la que ella lucía en uno de sus dedos, a pesar de tratarse de una joya de calidad.

También debe saber, mi amada Margaret, que mi padre ha enfermado de nuevo y que los médicos vuelven a temer por su salud. Es este el motivo de mi repentino viaje a Lyon con Jonathan. No debe preocuparse, sin embargo, pues está en excelentes manos y le van a cuidar como si del rey de Inglaterra se tratase. De eso no nos cabe duda alguna.

Ya por último, seguro que le alegrará saber que mi hermana Charlotte espera su primer hijo. Anoche nos dio la noticia, mientras cenaba con Sebastian en casa. Estamos todos muy contentos, y parece que mi madre no puede esperar a ser abuela: enseguida comenzó a tejer un diminuto jersey. Por otro lado, están seguros de que será un varón, al que llamarán George. En el caso de que sea mujer —posibilidad que solo mi cuñado contempla— su nombre será Elisabeth.

Mientras todos parecen disfrutar de la compañía de sus seres queridos, yo la extraño cada día más. No puedo esperar a tenerla de nuevo entre mis brazos, querida Meg. ¡Y pensar que aún habrán de pasar varias semanas para que esto ocurra!... Confío, sin embargo, en el hecho de que tan pronto vuelva de Francia nos casaremos, ya que estoy al tanto del buen curso de los preparativos para la ceremonia que mis hermanas y usted llevan por correspondencia. No podría estar más orgulloso de usted, Margaret, y me considero el hombre más afortunado del universo.

Muy a mi pesar, debo dejar de escribir en este punto de mi discurso, pues, además de que no cuento con más pliegos de papel, ya que Freddie se los acaba de llevar para un trabajo de la escuela, debo acompañar a mi madre a casa de Mrs Lockham.

Con enorme cariño, se despide de usted su amadísimo,

James Clayton