La chapuza ambiental de la Avenida del Greco

La obra ambiental icónica del Ayuntamiento de Sevilla hace aguas -literalmente- por una planificación chapucera. El sistema urbano de drenaje sostenible planteado en la Avenida del Greco se inundó, como habían alertado los expertos consultados por Ecoperiodismo, al no contemplar criterios básicos para estos sistemas de permeabilidad urbana. La obra costó 3 millones de euros a la ciudadanía de Sevilla.

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Ricardo Gamaza RicardoGamaza
28 abr 2019 / 07:29 h - Actualizado: 27 abr 2019 / 12:36 h.
"Ecoperiodismo"
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Un sistema urbano de drenaje sostenible (SUDS) es un plenamiento urbanístico por el que se pretende lograr que el caudal de la lluvia sea absorbido por el suelo. Para ello se planean elementos que hagan permeable el suelo de manera que el agua de lluvia penetre y sirva para nutrir a los árboles y plantas que forman parte de estas calles. La principal función de un SUDS es la de evitar el riesgo de inundaciones, pero además tiene otras, como es impedir la contaminación de las aguas, minimizar costes económicos en la gestión de pluviales y mejorar el paisaje urbano.

Sin embargo, el SUDS que el Gobierno del alcalde socialista Juan Espadas ha creado en la sevillana Avenida del Greco, no sólo no ha hecho más permeable esta transitada vía urbana, sino que las lluvias caídas en la pasada semana santa inundaron la calle. Ya lo habían alertado semanas antes expertos en paisajismo como Ricardo Librero. En una entrevista realizada con Ecoperiodismo para el documental titulado ‘Cortar por lo Sano’, este experto en medio ambiente apuntaba graves carencias en la obra, algunas esenciales como no tener en cuenta consideraciones básicas en los SUDS.

La chapuza ambiental de la Avenida del Greco

“Uno de los errores se ve a simple vista: han abierto huecos en los bordillos para que el agua que cae en el asfalto pase a los parterres que lindan con el acerado, pero aproximadamente cada 3 metros”, explica Librero y apunta que de esta manera el agua se acumula en un punto anegando esa zona del parterre y encharcándola, dejando sin agua a otros puntos de esta zona verde. Algo que se podría haber solucionado de una manera mucho más simple, según indica este experto: “Bastaba con no poner juntos los adoquines que conforman el bordillo, dejando así una entrada de agua más uniforme.

Otro de los errores “garrafales”, según este experto, es haber utilizado unos imbornales a la misma altura o más bajos que el terreno colindante. En las ciudades que llevan años haciendo SUDS, como París, las cabezas de estos imbornales están a ras del terreno y son cóncavas, para que sólo el agua que exceda el nivel del terreno sea la que se desagüe. Pero la obra encargada por el Ayuntamiento se ha hecho “a la manera clásica del hormigón”.

La chapuza ambiental de la Avenida del Greco

No tener en cuenta el sustrato del parterre (arcilloso y por tanto impermeable), ni los desagues de desniveles, además de la chapuza para soterrar los contenedores en esta avenida sin muros de contención, sino sólo con paredes de geotextil, son algunos de los otros ingredientes que han cocinado la inundación de la calle con las primeras lluvias torreciales que ha sufrido. “El seno de los contenedores no estaba entre muros y eso no puede garantizar la estabilidad del foso en ningún caso, ni con esta lluvia ni con otra menor”, asevera Librero, que indica que al ver los daños causados se han podido apreciar otros fallos estructurales de la obra, como el hecho de que hubiese tuberías de saneamiento por enciima de la base de los contenedores, lo que hacía imposible desaguar por pendiente el seno con ese sumidero.

Una obra chapucera que dejaba como imagen ambiental de la semana santa en esta calle la procesión de los contenedores de residuos sólidos urbanos arrastrados por la riada. El agua arrastraba también los 3 millones de euros gastados en una obra demostrada inútil para hacer permeable y capaz de soportar las lluvias a la Avenida del Greco.

La chapuza ambiental de la Avenida del Greco

Muchos de los SUDS son infraestructuras verdes, que se caracterizan por el empleo de la vegetación como elemento de control y regulación del agua pluvial. Estas infraestructuras tienen varias ventajas, como la mejora estética de los barrios donde se implantan o la reducción de “isla de calor” dentro de las urbes. Los sistema de drenaje urbano sostenible son una norma de obligado cumplimiento en países como Estados Unidos. En Andalucía, donde la escasez de agua es mayor que en otros puntos de Europa, los SUDS son la mejor opción para beneficiarse del agua de lluvia en las ciudades, permitiendo se sirvan para regar las zonas verdes y arboleda viaria, sobre todo porque el Ayuntamiento no riega los árboles, lo que ha favorecido el mal estado de la arboleda, que a su vez le ha servido al Gobierno de Juan Espadas para llevar a cabo uno de los mayores arboricidios de Sevilla con más de 4.000 ejemplares talados. “Los SUDS son un modelo a seguir -explica Ricardo Librero-, pero no se pueden hacer malas copias: o se hacen bien o no valen para nada”. “Los ingenieros clásicos están acostumbrados al uso del hormigón para todo, y esto de los SUDS les ha venido sobrevenido y estamos en un modelo de transición donde todavía están intentando utilizar los modelos antiguos para sistemas nuevos”, aclara. Uno de esos ingenieros de caminos es el director general de Medio Ambiente de Sevilla, Adolfo Fernández Palomares, quien ha rehusado hacer declaraciones a Ecoperiodismo.

El Ayuntamiento que quiso convertir la Avenida del Greco en un “ejemplo de sostenibilidad” y llegó a considerar esta obra, que ha costado más de 3 millones de euros a la ciudadanía de Sevilla, en el icono ambiental del mandato de Juan Espadas, ha hecho -literalmente- aguas y se ha convertido en uno de los mayores fiascos ambientales de la ciudad.