El pasado sábado se falló en Montellano el trigésimo Madroño Flamenco, una distinción destinada a los nuevos valores del flamenco, que recayó en el joven bailaor malagueño Alberto López. Lo que han conseguido en este pequeño pueblo tiene un gran mérito, porque cuentan con un festival de flamenco de cuarenta años de antigüedad, la citada distinción y una de las mejores peñas flamencas de la provincia de Sevilla, El Madroñero. Tiene mérito porque hasta que Juan Mena Díaz, su hermano Pedro, Manolo Mariscal y Campero, entre otros montellaneros, comenzaron esta labor, este pueblo no tenía tradición de flamenco. Si hoy aparece en el mapa jondo es por ellos. Además, el Festival de Montellano está dedicado a los jóvenes valores o cantaores modestos, el único que de verdad se preocupa de ellos, y empezaron a hacerlo cuando los jóvenes solo tenían los concursos para promocionarse y tener una oportunidad. Este festival celebra en julio su cuadragésima edición y habrá que estar allí para apoyarlo y agradecerle a Juan Mena Díaz tanto trabajo.