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Luto en Campo de Níjar

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11 mar 2018 / 22:47 h - Actualizado: 12 mar 2018 / 09:09 h.

Hay asesinatos que nos paralizan como sociedad. La aparición del cadáver del pequeño Gabriel y las circunstancias en las que parece que se han desarrollado los hechos nos llena de rabia y de la mayor de las tristezas, a la vez que llena nuestras mentes de preguntas, dudas y de muchísima indignación. Debemos ser respetuosos con la investigación, así lo ha señalado el ministro Zoido, pero mucho me temo que cuanto más conozcamos sobre el asunto mayor va a ser la indignación y la incomprensión de cómo puede la especie humana llegar a ese punto de barbarie.

En momentos tan tristes quiero pensar en positivo, quiero pensar que tanta indignación es precisamente por que la sociedad no es así y se siente muy lejos de ese tipo de acciones. Quiero pensar que el dolor lo hacemos nuestro porque tenemos la capacidad de entender, comprender y ponernos en el lugar de esa familia y de esa criatura a la que la barbarie le ha pagado con la peor de las monedas. Quiero pensar en positivo precisamente porque el dolor me come, como a millones de personas, de pensar en el calvario de ese niño, de esa familia. Quizás necesitamos pensar en positivo para huir de lo visceral, para autoconvencernos como sociedad, aunque la hiel nos amarga la boca. Quizás lo positivo construye y en momentos tristes e incomprensibles es lo que más necesitamos.

Han sido días de angustia y de incertidumbre que se ennegrecían cuanto más tiempo pasaba. Hoy conocemos el triste final propio de película de terror que nos ha desvelado el buen trabajo de la Guardia Civil. Ahora ni bulos, ni morbo, por favor, cosa que será difícil.

Hay asesinatos que nos paralizan como sociedad. La aparición del cadáver del pequeño Gabriel y las circunstancias en las que parece que se han desarrollado los hechos nos llena de rabia y de la mayor de las tristezas, a la vez que llena nuestras mentes de preguntas, dudas y de muchísima indignación. Debemos ser respetuosos con la investigación, así lo ha señalado el ministro Zoido, pero mucho me temo que cuanto más conozcamos sobre el asunto mayor va a ser la indignación y la incomprensión de cómo puede la especie humana llegar a ese punto de barbarie.

En momentos tan tristes quiero pensar en positivo, quiero pensar que tanta indignación es precisamente por que la sociedad no es así y se siente muy lejos de ese tipo de acciones. Quiero pensar que el dolor lo hacemos nuestro porque tenemos la capacidad de entender, comprender y ponernos en el lugar de esa familia y de esa criatura a la que la barbarie le ha pagado con la peor de las monedas. Quiero pensar en positivo precisamente porque el dolor me come, como a millones de personas, de pensar en el calvario de ese niño, de esa familia. Quizás necesitamos pensar en positivo para huir de lo visceral, para autoconvencernos como sociedad, aunque la hiel nos amarga la boca. Quizás lo positivo construye y en momentos tristes e incomprensibles es lo que más necesitamos.

Han sido días de angustia y de incertidumbre que se ennegrecían cuanto más tiempo pasaba. Hoy conocemos el triste final propio de película de terror que nos ha desvelado el buen trabajo de la Guardia Civil. Ahora ni bulos, ni morbo, por favor, cosa que será difícil.