María Auxiliadora

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25 may 2016 / 22:57 h - Actualizado: 25 may 2016 / 23:07 h.
"Habla, Sevilla"

Todos los 24 de mayo son especiales en nuestra ciudad. Los colegios de la orden salesiana de Sevilla celebran la festividad de María Auxiliadora. Unos, con la función principal –como es el caso de los salesianos de la Trinidad– y otros, con las salidas procesionales de la Virgen de Don Bosco, como ocurre en Nervión, San Vicente y Triana.

Si bien el espíritu salesiano se impregna por igual en toda la ciudad, en Triana la sentaíta (como así le apodamos los trianeros) es algo más. Es una fiesta familiar, de reencuentros, de amigos y salesianos que vuelven a casa –al menos– una vez al año para ver a su Virgen. Esa que no se compara con otras, ni hablamos de su belleza, ni de su dorado, ni de sus flores, esa que no tiene la solemnidad de la semana santa sevillana; y no lo hacemos porque –sencillamente– no hace falta, porque la realidad es que año que año tras año los trianeros no podemos dejar de verla –aunque sea un momento– para charlar con Ella, debido a que es algo muy arraigado en el barrio y convertido en costumbre.

No se entiende Triana sin su María Auxiliadora, como no se entiende María Auxiliadora sin su Triana. Desde Pureza al barrio Voluntad, desde las niñas y niños vestidos de comunión hasta las colgaduras celestes y rosas que lucen los balcones y fachadas hacen del arrabal trianero algo muy particular.

Y de fondo, que es lo más importante, la devoción a la Virgen y la ratificación de un valor como es la familia que –definitivamente– hace singular a toda la comunidad salesiana. Ya estamos esperando que llegue un nuevo veinticuatro de mayo, ya estamos esperando que vuelva a pasear por el barrio la sentaíta...

Cierro este artículo felicitando a mi mujer. Convendrá el lector conmigo que llamándose María Auxiliadora no hacerlo era un riesgo innecesario y que no me podía permitir.

Mientras tanto, ¡sé feliz!