Pasan cosas

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01 abr 2018 / 19:31 h - Actualizado: 01 abr 2018 / 20:24 h.

Como diría Rajoy «pasan cosas». Mientras los medios nos bombardean con la detención de Puigdemont, pasan cosas. Cuando nos meten en el debate de la sobreexposición confesional del ejército durante la Semana Santa, pasan cosas. Hubo un tiempo en el que esta práctica de vender humo salía puntualmente a la luz cuando se pretendía desviar la atención de medidas drásticas llevadas a cabo por los gobiernos. Hoy esa práctica se ha instaurado de forma permanente en el noticiario y las redes sociales son el cañón ideal desde el que disparar para que lo importante pase desapercibido.

Tendremos que pensar que la generalización de esta táctica no hace sino poner de manifiesto la ingente cantidad de medidas que toma el gobierno a sabiendas que no forman parte de la política positiva y beneficiosa para la ciudadanía, motivo por el cual quiere eliminarlas de la primera página del noticiario. Raro, raro, que un gobierno no quiera propaganda de sus medidas y lance humo y más humo para esconderlas. Es algo así como la antipolítica.

Pasan cosas y la última ha sido el rescate de autopistas que nos costarán miles de millones –más aún– a toda la ciudadanía. Ese es el sobrecoste de la privatización, de la construcción de infraestructuras innecesarias adjudicadas como obra pública a amiguetes que aparecen en los papeles de los sobres b y financiadas con cajas de ahorros amigas que también hemos rescatado con el bolsillo ciudadano. Asistimos a una especie de corrupción legal que deja de pardillos al Bigotes y a Costa, gerentes de piñatas y mítines, mientras pasaban cosas