Patria y cine

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Álvaro Romero @aromerobernal1
06 feb 2017 / 12:41 h - Actualizado: 06 feb 2017 / 12:59 h.
"Viéndolas venir"

En la España posfranquista ha ocurrido con el cine lo mismo que con el resto de las artes: que una parte de los españoles ha considerado que aquí no se hacía cine ni se hacía arte, o al menos no cine ni arte como Dios manda, que eran el cine y el arte admisibles para quienes estaban habituados a pagarlo. Medio siglo atrás ocurrió lo mismo con el teatro, de modo que un genio como Mihura dejó en el cajón, durante media vida, sus mejores obras, a la espera del permiso de la sociedad bien pensante, o bien pagante, mientras que los dramas lorquianos hubieron de esperar a la Transición para resucitar y a los esperpentos de Valle Inclán -que tenían más de cine que de escenario- se los tachó de irrepresentables solo porque escocían demasiado en una época de heridas abiertas.

Del franquismo hace ya tanto que da pudor hasta citarlo, pero quienes hoy siguen renegando del cine español ni han vivido bajo la dictadura –que inteligencias tan notables como las de Buñuel o Berlanga sortearon tan bien- ni ven cine español –qué sabrán de Garci, Saura o Camus- ni apenas cine –se atreven a insultar a Almodóvar-, y sin embargo se relamen en el ridículo nihilismo de criticar su propio cine, el talento que los rodea, tal vez porque no dan para más que para atisbar los talentos muy lejanos, como quien solo tiene gafas de lejos y solo se alegra por algo de aquí cuando la fiesta nacional es a secas, sin cine, sin literatura, sin danza, sin otra razón que llene de contenido la alegría de que seamos verdaderamente una nación, ciertamente corneada.

Con un cine del que sentirnos orgullosos -100 millones de espectadores, 600 millones de recaudación el último año-, muchos españoles siguen sin asomarse a esas ventanas abiertas del séptimo arte más cercano porque no entienden que la realidad puede comprenderse mejor desde la creación libertaria que desde el manido telediario, ni que la voz del cine resuene libre dentro y fuera de las pantallas, ni que tantos profesionales den su vida por él aunque solo un 20% de ellos se gane con él la vida.