Que vienen los reyes magos

EL ANÁLISIS

Image
26 jul 2016 / 18:21 h - Actualizado: 26 jul 2016 / 18:23 h.
"Economía","Bolsa"

En el mundo de la bolsa existe una tradición, no siempre compartida por todas las sociedades cotizadas en bolsa, pero si por algunas de las más relevantes, que consiste en hacer un regalo a sus accionistas por el mero hecho de asistir a la Junta General de Accionistas que tiene lugar anualmente.

Por tanto, para el accionista, el único requisito necesario para obtener el obsequio por parte de la empresa es hacer acto de presencia físicamente en el local donde tenga lugar la Junta General de Accionistas.

Recordar que para ser accionista de una sociedad únicamente es necesario ser propietario de una o más acciones de la empresa.

Estos regalos que se reparten por las sociedades a sus accionistas suelen ser regalos de poco valor, algunos con utilidad práctica y otros no. Normalmente, estos regalos no dejan de ser un detalle de la sociedad con sus accionistas. Evidentemente, todo inversor tiene que tener muy claro que no merece la pena comprar acciones de una empresa si el fin de la comprar es recibir este regalo.

A muchos inversores, la entrega de regalos les parece una tradición agradable, llevados más por el hecho de recibir una pequeña sorpresa que por el regalo en sí mismo.

Entre los regalos más típicos se encuentran el reparto de libros, de cajas de bombones, gorras, camisetas, relojes, paraguas, etc.

Las empresas con más tradición en el reparto de regalos en la Bolsa española suelen formar parte del Íbex 35 y, entre ellas se encuentran Iberdrola, Repsol, Mapfre, Telefónica, BBVA y Santander, entre otras. Estas dos últimas, a veces, permiten a los accionistas acudir a recoger sus regalos en las sucursales abiertas al público, evitándoles acudir a la Junta General de Accionistas.