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Secuestrados por los fanáticos

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08 ago 2017 / 21:28 h - Actualizado: 08 ago 2017 / 21:28 h.
"Laboratorio ciudadano"

Así están ahora la mayoría de los movimientos sociales, religiones, partidos políticos... atenazados o secuestrados por sus minorías integristas o fanáticas, que focalizan con sus mensajes de odio la atención del resto de la sociedad y se convierten en los argumentos informativos de los medios de comunicación y las redes sociales.

El discurso del miedo va ganando adeptos sin apenas ruido con las llamadas estrategias virales que contagian pantallas, teclados, mentes y almas. Compartiendo tonterías y patrañas que nos llaman la atención por su dosis de humor, extravagancia u horror, la mayoría se convierte en altavoz de los fabricantes de mentiras en una guerra psicológica que corroe convicciones, capacidad de reflexión y de raciocinio.

La prisa que nunca es buena consejera se apodera de todos los sectores y asistimos a la radicalización exprés de nacionalistas, animalistas, de los que se oponen a la saturación turística, de los padres de niños que juegan en ligas infantiles... Igual que se multiplican las intolerancias alimentarias, crecen los intolerantes morales que no soportan la más mínima discrepancia con el prójimo, los supermegahipersensibles a las pequeñas adversidades cotidianas.

El problema no son los ismos, es el secuestro de las corrientes de opinión por los más exaltados y descerebrados que se aprovechan del dejar hacer de las mayorías moderadas. La actual polarización social y política pasa por encima de los matices, de los tonos intermedios y busca la identificación urgente: conmigo o contra mí. El todo a un clic nos ha llevado a olvidarnos del diálogo cara a cara, del boca a oreja, de mirarnos a los ojos y del abrazo reconciliador tras la bronca.