Sovilla y Somorra

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04 nov 2017 / 21:41 h - Actualizado: 04 nov 2017 / 21:44 h.

Sodoma y Gomorra no, mejor, Sovilla y Somorra, ¿adónde vamos a llegar? Como sigamos así, Queipo de Llano –que lo mismo levantaba pisos para los obreros que los fusilaba por rojos- se alzará de su tumba macarena y se liará a cañonazo limpio con tanta herejía y lascivia. Hace pocos años, me quedé un rato al pie de la noticia porque vi a una muchedumbre con banderas españolas y fotos de santos en la puerta del Ayuntamiento, que cantaba sones religiosos en protesta porque decían que los rojos de IU y Participa querían quitarles las tradiciones, empezando por la Semana Santa. Zoido era entonces concejal y cuando salió del ayuntamiento y se dejó ver, la gente lo aplaudió y vitoreó. Ahora es el ministro del 155, lo mismo hay que echarle a Sovilla una mijita de 155 para espantar tanta depravación.

En la avenida de la Constitución, pudimos ver una exposición fotográfica de gays y lesbianas haciendo sus cosas, ¿dónde se ha visto eso? Aquí, en Somorra, en Sovilla. ¿Y lo de la vagina llevada en andas por las ultrafeministas? No era una vagina cualquiera, era una vagina virginal que no sé yo qué lío se traen las ultrafeministas con eso del nuevo amor libre y a la vez una cofradía del coño insumiso pero soltero y tocado con velo religioso.

Luego están la botellona en Feria y no Feria y los sabotajes a la Madrugá y, para colmo, unas jóvenes que se fotografían y se pasean en pelota por la Puerta de Jerez, en las mismas narices de la presidenta de Andalucía que ni mandó a sus guardias a que las taparan aunque fuera con unas hojas de parra para que quedara aquello más bíblico. Porque, claro, qué van a decir los niños, pobres niños que van a ver lo que nunca han visto, unas tetas y unos pubis bien cuidados, como se llevan ahora, no esos que ellos pueden observar en los ordenadores que sus padres les colocan en sus cuartos o en los móviles que les compran cada vez con menos edad o que se los prestan un rato para que los dejen tranquilos. Ay, los niños, tan inocentes, tan socios de Sevilla y Betis en cuyos campos escuchan canciones de amor dedicadas al cuerpo arbitral y a los jugadores del equipo contrario, sobre todo. Los niños que están hartos de ver a mujeres desnudas en las portadas de las revistas, los niños vestidos de nazarenos cuando ellos no tienen capacidad para saber de qué va todo eso...

¿Prohibirán los toros? Sevilla es ya Sovilla y Somorra a pesar de adelantarse a Roma en lo de la Inmaculada. ¡Clonemos a Queipo e incluso a San Fernando que los tenían bien puestos!