La historia de la aviación militar española tiene en Tablada uno de sus enclaves más importantes y el punto de partida para algunas de sus hazañas. Tras el desmantelamiento de las pistas de despegue y aterrizaje y la reducción de las instalaciones operativas, el Ejército del Aire anotaba en su debe hacer algo para recordar el papel del aeródromo sevillano.
El jueves, 8 de marzo de 2018, esta deuda quedará saldada con la inauguración de la Sala Histórica de Tablada en el Pabellón de Oficiales del Acuartelamiento y la presentación del documental Tablada, la aviación en Sevilla desde 1910, que se podrá ver a partir de ese día por los visitantes de este nuevo espacio museístico.
La iniciativa militar de la Sala Histórica de Tablada debe hacer reflexionar a la sociedad civil sevillana por qué no se han conseguido los apoyos necesarios para poder inaugurar un Museo Aeronáutico en la capital de Andalucía, pese a los numerosos proyectos que se han promovido en los últimos años. Málaga se ha adelantado en este ámbito y mantiene abierto en la antigua terminal de pasajeros de su aeropuerto el único Museo Aeronáutico de nuestra comunidad autónoma.
Mientras ninguna administración mueve ficha sobre el futuro de los terrenos baldíos de Tablada, bien podría plantearse un Museo Aeronáutico al aire libre como los que existen en otros muchos países con una climatología más adversa que la nuestra.
Y puestos a dar alas a la imaginación se podría pensar en un hidropuerto en el Guadalquivir que sirviera de base y resguardo para hidroaviones.
Sevilla cuenta ahora con una potente industria aeronáutica, que podría contribuir en especie a ese todavía nonato museo que permanece en la nube de los buenos propósitos y los sueños de los aficionados a la aviación y al espacio. Si no queremos pecar de ambiciosos, podríamos conformarnos con un museo de los deportes aéreos: globos, parapentes, paramotores y otros artilugios voladores.