La limitación del número de veladores que el Ayuntamiento de Sevilla planteó el pasado año no será tan drástica como se anunció. El gobierno local pretende matizar el plan inicial que preveía, entre otras cosas, un descenso de las terrazas del 80 por ciento en la calle San Fernando y de hasta el 60 por ciento en la Avenida de la Constitución. Pero al final la negociación mantenida en todo este tiempo con los hosteleros y empresarios del sector les ha llevado a plantear una alternativa que se ajuste más a las necesidades de todas las partes. Así, en el Consejo de la Gerencia de Urbanismo que tendrá lugar en el día de hoy, el delegado de Hábitat Urbano, Antonio Muñoz, planteará la desestimación de las solicitudes elevadas por casi una decena de establecimientos de estas zonas que pedían la suspensión de las limitaciones planteadas por el Consistorio.

En concreto, se trata de cinco bares de la calle San Fernando, dos de la Avenida de la Constitución y uno más de la calle Maese Rodrigo. El Ayuntamiento, de esta forma no pretende imponer su plan inicial sino exponer las modificaciones que se aplicarán sobre lo anunciado tras el diálogo con los establecimientos afectados. Es decir, habrá reducción de veladores pero en ningún caso será tan drástica como parecía en un principio.

Ya existe un precedente a esta situación en la ciudad. Y no es otro que el de la confitería de la Campana, a quien a pesar de haber retirado todos los veladores de la plaza, se autorizó la instalación de terrazas en la calle Santa María de Gracia, justo a la espalda del establecimiento. Se trata de las mesas que ya explotaba el restaurante La Reja hasta su cierre.

En un principio, el plazo anunciado por el Ayuntamiento para la aplicación de la restricción era enero de 2017. Sin embargo, el rechazo por parte de los hosteleros, que solo pedían el cumplimiento estricto de la ordenanza de veladores y que fijaban el número de infracciones en cifras mucho más bajas que las del gobierno local, han dilatado los tiempos previstos inicialmente. A ello se ha unido el periodo de alegaciones que la legislación obliga a habilitar y que dado el elevado número de éstas ha acarreado un mayor retraso en el proceso.

En el momento en el que se anunció la medida, la comisión de veladores apuntó que eran 1.438 el número de expedientes abiertos o denuncias contra el grueso de establecimientos hosteleros de la ciudad, «no todos de la misma naturaleza», según apuntó Muñoz. Unos datos que empujaron al Ayuntamiento a multiplicar los controles y las inspecciones en los bares del centro en los que la Policía Local ya ha procedido a retirar muchos de los elementos que incumplían la normativa local.

Uniformidad

Otro de los asuntos que se pondrá hoy sobre la mesa es la adjudicación del contrato para la redacción de la ordenanza de Paisaje Urbano de Sevilla, que anunció hace unos meses el delegado de Hábitat Urbano. Con ella, el Ayuntamiento prevé promover una nueva normativa, al objeto de combatir la «vulgarización y estandarización» de las calles, especialmente del casco histórico, como consecuencia de la proliferación de franquicias de multinacionales de la hostelería y del comercio cuyo diseño, estética y publicidad no implican, según Muñoz, ningún «valor añadido».

Así, el estudio, que se plantea aprobar con un procedimiento negociado y sin publicidad, pretende acabar con el «impacto visual negativo» de determinado tipo de instalaciones en espacios urbanos de carácter histórico y de intensa afluencia de turistas. Pues según Muñoz, además de los veladores, en muchas de estas calles hay «mucha cacharrería».

De hecho, hace unos días, y amparado por la ordenanza de Publicidad, el Consistorio retiró toda la cartelería externa de un negocio ubicado en el número 6 de la Avenida de la Constitución. Fue la primera vez que Urbanismo actuó por ejecución subsidiaria después de que se le hubiera notificado en varias ocasiones al propietario de la ilegalidad de estos elementos sin que éste adoptara medidas correctivas.