Amparo Díaz, la abogada de las víctimas, es crítica con la actuación de la Universidad de Sevilla (US): «Dentro de la Universidad hay personas que las han apoyado de forma excelente, pero como institución se ha quedado a medio gas. Es cierto que envió el caso a la Fiscalía, pero no suspendió a este señor a pesar de que había grandísimos indicios de abusos sexuales con muchísimos detalles y un daño psicológico constatable. Se ha quedado corta y no les ahorró el dolor a las víctimas. Se dejaron llevar por una inercia machista». «Valoro positivamente que lo hayan suspendido, lo que creo que es negativo es que no lo hicieran en 2011», reitera, y apunta un dato importante: «Me parece significativo que haya una testigo que haya declarado que hace años sufrió una situación parecida. Eso demuestra que había una dinámica perversa».
La Comisionada del Polígono Sur, Mar González, habla del caso en calidad de profesora de la US y miembro del Seminario Interdisciplinar de Estudios de la Mujer en la Universidad de Sevilla cuando se conocieron los hechos. «Le pedimos al rector –entonces, Joaquín Luque– que tomara decisiones de amparo de estas denunciantes y medidas cautelares para que estos hechos no se pudieran repetir», cuenta. Destaca también el valor de las denunciantes, que tuvieron que soportar incluso «un escrito público de apoyo» a su acosador por parte de sus compañeros. «Lo que queremos es que sea ejemplarizante: que demuestre que la Universidad nunca más amparará situaciones de abuso», termina.
Conocida la sentencia, las reacciones llegaron desde todos los ámbitos. La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, tildó de «intolerable» el caso y deseó que la US garantice que el condenado «no vuelva a pisar un aula». La coordinadora general de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, que denunció recientemente a un empresario por una agresión machista, criticó que la suspensión del catedrático por parte de la Hispalense «llega tarde»