Temporada 2024-25 | Javier Menéndez Director general del Teatro de la Maestranza

"Un artista es un artista y no creo en boicots ni discriminaciones"

El director del Teatro de la Maestranza apuesta por grandes nombres propios como Netrebko y Argerich en una temporada que eleva el listón

Javier Menéndez, en el patio de butacas del Teatro de la Maestranza.

Javier Menéndez, en el patio de butacas del Teatro de la Maestranza. / El Correo

Charo Ramos

Charo Ramos

Javier Menéndez (Oviedo, 1972), al frente del Teatro de la Maestranza desde 2019, ha estrenado esta semana una de las coproducciones operísticas más ambiciosas de su etapa, Nabucco de Verdi, que tuvo su presentación absoluta en Ginebra. Su apuesta por montajes que actualicen los grandes títulos del repertorio a cargo de los principales directores de escena y coreógrafos contemporáneos se revalidará la próxima temporada, marcada por el mito de Carmen. La ópera de Bizet, a 150 años de su estreno y de la muerte de su autor, abrirá la temporada en la versión esencial y flamenca de Israel Galván y la cerrará en una producción minimalista dirigida por Emilio Sagi con Elīna Garanča, la gran mezzosoprano del momento, en el rol principal.

PREGUNTA. Mantiene su compromiso con todas las artes escénicas con una programación ecléctica donde no faltarán algunas de las grandes estrellas internacionales, como Martha Argerich, que debuta al fin en el Maestranza, o Yuja Wang. ¿Será la 24-25 la temporada del piano?

RESPUESTA. Sin duda es uno de los grandes atractivos porque tenemos al menos a cuatro nombres del top mundial del piano: además de ellas, el ruso Daniil Trifonov y el andaluz Javier Perianes acompañado por la célebre Philharmonia Orchestra, que estrenó las últimas cuatro canciones de Strauss. Y a Yuja la acompañará la Mahler Chamber Orchestra, lo que permitirá que mucha gente que no acudió a su debut en Gran Selección conozca a otra de las mejores formaciones del mundo.

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Jorge Jiménez

P. Dentro de este ciclo premium, Gran Selección, el Maestranza recibe el lunes 24 a la Filarmónica de Viena con todas las entradas de patio agotadas (180 euros) y muy pocas ya disponibles. ¿Cómo valora esta apuesta que ha realizado por las grandes orquestas internacionales?

R. El balance ha sido muy positivo. Una gran ciudad como Sevilla tiene que convivir con el ciclo sinfónico de su propia orquesta, que tiene una misión, y tener también la posibilidad de atraer a las grandes agrupaciones internacionales que el público demanda y que disfruta un montón, como así ha sucedido.

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"No podíamos plantearnos no hacerlo porque los hebreos salgan malparados. En nuestra versión se habla de la visión de los desplazados"

P. La próxima temporada incluye a algunas de las principales estrellas rusas de la música y la lírica, incluido el esperado debut de la soprano Anna Netrebko. ¿Cómo afecta el clima político a estos recitales?

R. El boicot a Netrebko diría que terminó hace tiempo. Ella viene a demostrarnos su extraordinaria calidad artística, al igual que ocurrió con el grecoruso Teodor Currentzis, a quien tuvimos por fin esta temporada con MusicAeterna haciendo el Réquiem de Mozart y un fragmento de un réquiem ucraniano. Un artista es un artista y no creo en boicots ni discriminaciones, esa no es mi visión del arte. Y lo mismo vale para este Nabucco, no podíamos plantearnos no hacerlo porque los hebreos salgan malparados. En nuestra versión se habla de la visión de los desplazados. Pero el pueblo no está dividido: es el pueblo, y todos son víctimas de una manipulación del poder religioso y del poder tiránico. Además en esta producción participan como figurantes refugiados de diversos países que forman parte de un programa de inclusión social que desarrollamos con la Fundación La Caixa.

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Jorge Jiménez

P. ¿Por dónde necesita creer el Maestranza en términos presupuestarios y cuál ha sido la respuesta de la taquilla en estos últimos meses?

R. Para ser más ambiciosos en nuestras producciones, acometer nuevos tipos de proyectos y algunas inversiones necesarias, tendríamos que dar un paso adelante y afianzar un presupuesto que iguale, por lo menos, el que había en el año 2009, que era de 12 millones, pues todavía estamos por debajo, en 11. Buscamos fórmulas para lograr una mayor implicación de nuestros benefactores y hemos creado un departamento específico para la captación de patrocinios que dependerá de la dirección general. Vamos a cerrar la temporada, a nivel de ingresos, con casi un millón de euros más que la anterior, lo que constata el crecimiento del público, que ha subido en más de 10.000 personas sin contar los asistentes a Grease. Y estamos muy contentos con el fichaje de nuestro nuevo director de producción artística, el uruguayo Augusto Techera, que fue director artístico del Teatro Colón de Buenos Aires, y antes del Teatro Solís de Montevideo.

Sobre el presupuesto del Teatro de la Maestranza

"Tendríamos que dar un paso adelante y afianzar un presupuesto que iguale, por lo menos, el que había en el año 2009, que era de 12 millones"

P. Mantiene su apuesta por una programación estimulante capaz de atraer a una diversidad de público grande pero la ópera siempre ha estado en su punto de mira. ¿Qué títulos le gustaría estrenar en el futuro?

R. Siempre he entendido que la ópera es teatro cantado y que, cuando haces una ópera, la parte teatral tiene que estar en igualdad de condiciones con la parte musical. Eso te da un resultado verdaderamente excepcional desde el punto de vista artístico, te toca emocionalmente. A nivel de repertorio hay muchas cosas que me encantaría hacer y todavía no podemos, como Boris Godunov de Mussorgski y Lady Macbeth de Mtsensk de Shostakovich. Un título que sí podríamos a empezar a pensar es Peter Grimes de Britten.

P. Hay mucho repertorio que está ahí y que todavía hay que indagar.

R. Sí, y hablamos de las grandes obras del repertorio. Por eso me alegra saldar una deuda con Richard Strauss estrenando la próxima temporada su Ariadna en Naxos, y coproducir por primera vez una ópera de Gluck, Iphigénie en Tauride, con dirección escénica del sevillano Rafael R. Villalobos y la batuta de la griega Zoe Zeniodi. Un teatro que tiene ya 30 años debe ir cubriendo esos huecos sin olvidar nunca títulos populares y atractivos que ofrezcamos con versiones estimulantes que nos interpelen como público actual. Como nuestro Nabucco que, aunque se estrenó en 1842, es rabiosamente actual.