ARTES PLÁSTICAS

Cristina Vázquez, la pintora que capta "los instantes en los que la gente es feliz y no lo sabe"

El encierro por la pandemia supuso el reciclaje profesional de esta licenciada en Bellas Artes y restauradora

La artista decidió pintar justo lo que faltaba en esos momentos en las casas, "la sensación de libertad y la alegría" de las playas y piscinas en verano

Cristina Vázquez, la pintora responsable de "El gabinete de las maravillas"

Jorge Jiménez

Ana Carretero

Ana Carretero

De lejos podrían ser puntos diminutos, y al acercarte un poco descubres que son bañistas. Cristina Vázquez debe ser la persona ajena a la pesca o los deportes náuticos que más veces mira el calendario de mareas. La bajamar sirve de inspiración de muchas de sus obras. Coloristas acuarelas o lienzos al óleo o con acrílico que permiten a cualquier hijo de vecino tener piscina en casa, o mejor... una playa y "esa sensación de libertad y felicidad" de la cotidianeidad veraniega.

"Yo me licencié en Bellas Artes, pero me especialicé en restauración de obras de arte. Como acabaron los contratos, eso lo compatibilizaba con la pintura, pero no al 100%", cuenta la creadora desde su luminoso estudio del casco histórico de Sevilla.

Esta artista confiesa que siempre fue un culo inquieto y estando en la facultad ya compró un dominio web y lo llamó "El Gabinete de las Maravillas". Ese gabinete ha ido cobrando forma con los años, explorando los diferentes caminos creativos que respondían a la pulsión de esta extremeña afincada en la capital hispalense y con parte de su corazón en las playas de Huelva.

Cristina Vázquez

La pintora Cristina Vázquez en su estudio de Sevilla. / Jorge Jiménez

Un gabinete de las maravillas

"Los gabinetes de las maravillas eran las antiguas galerías de arte, fueron los precursores de los museos. Como yo trabajaba en museo, la idea era crear una web donde yo pudiera meter todo lo que hiciera, porque también he hecho cerámica, en fin, he hecho muchas cosas. Un sitio donde se atesoraba, donde se conservaban rarezas, obras de arte, indumentaria, todo eso", explica Vázquez.

La pandemia la condujo naturalmente a la pintura, y el encierro a la búsqueda de la paz y la relajación de espacios abiertos, como las playas, y el agua como escenario en el que todo fluye. "Estábamos todos encerrados, todos estábamos mirando las paredes, queríamos ver playas que no podíamos ir, queríamos ver, entonces, empecé a pintar ahí y empecé a aprovecharme un poco de eso", asegura. "Buscar esa sensación de libertad y de alegría que no teníamos", apostilla.

"Artesana" por encima de artista

Se autodenomina artesana por encima de artista, al verse "muy práctica". Y tiene claro que quiere "captar los instantes en los que la gente es feliz y no lo sabe". Según Cristina Vázquez, "no quiero pintar una cosa porque sea estético. Tiene que haber una historia detrás, que a mí me guste y que me sienta identificada por la pintura, por todo. Retratos no pinto, por ejemplo", aclara.

No quiero pintar una cosa porque sea estético. Tiene que haber una historia detrás, que a mí me guste y que me sienta identificada

Cristina Vázquez

— pintora

Costumbrismo del siglo XXI

"Yo paso también mucho tiempo en la playa, observo mucho, doy paseos... Entonces quería ver también, o sea, quería captar momentos cotidianos. El que nos demos cuenta de que las cosas sencillas son los que nos hacen sentir bien luego. Que siempre cuando miramos atrás, y lo recuerdas, lo percibes como algo muy feliz", detalla.

La paleta de colores vivos, muy de la tierra, con añiles y alberos, está muy relacionado con esas playas, entre las que destaca la inspiración de la de Matalascañas, la playa de su infancia. "Es que sin querer influye, pero es que además estás todo el día observando. No me puede influir un paisaje de Suiza, pero estando aquí, yendo a la playa, lo que veo es la luz, la luz que tengo aquí, y la luz que estoy viendo en la playa, en la calle. Yo salgo mucho, hago muchas fotos, y es que ese es mi día a día. Luego vengo aquí y lo pinto".